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Oscar Vargas H. ha sido electo 4to comandante del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa

Directorio CBÑ ratifica a nuestro Capitán como 4to Comandante

Luego de las votaciones realizadas el pasado domingo 5 de diciembre para definir la oficialidad que estará a cargo de nuestra Institución, el Honorable Directorio del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa reunido el día 9 de diciembre, ratificó a nuestro actual Capitán Sr. Óscar Vargas Höger para el cargo de Cuarto Comandante para el periodo 2022-2023.

Tras 4 años, luego de la salida del actual Consejero Superior de Disciplina Esteban Gascón O., ex Comandante del Cuerpo, nuevamente un Segundino es parte del mando del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Nuestro Capitán Oscar Vagas H., ingresó a la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu” el año 2000 para luego integrarse a la Segunda Compañía en diciembre de 2003.

Más adelante ocupó cargos de oficial como Maquinista (3 años), Teniente Tercero (3 años), Teniente Segundo (2 años), Teniente Primero (3 años) y Capitán (4 años), lo cual avala la impecable trayectoria de Óscar y que, sin duda, aportarán para el desempeño de su cargo como 4° Comandante de nuestra Institución.

La Segunda le desea el mayor de los éxitos en este nuevo desafío; hacemos énfasis en el apoyo incondicional hacia usted y su gestión.

La Vida por la Humanidad.

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Una conversación con “Tito” Moncada

Fue una conversación amena y antesala de otra más larga. Llena de historias, si se considera que Héctor Moncada está por cumplir 70 años de Bombero. Precisamente este 16 de septiembre de 2021, se le entregará en una actividad virtual (siguen los efectos y cuidados de la pandemia del Covid-19), sus premios por 55 y 60 años de servicio. Para él, es “llegar a la cúspide de ser Bombero”.

Un tragahumo segundino que se incorporó a la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa el 16 de agosto de 1952. Conocido por sus pares como “Tito” Moncada, hoy es la tercera antigüedad y tiene encima muchos episodios vividos en casi siete décadas de Bombero. La conversación fue fluida, vía celular, él habitando en la comuna de El Quisco, aunque, como confiesa, siempre conectado con la Bomba.

Cuenta que vivía cerca de un Cuartel de Bomberos y ese fue su primer acercamiento y su primera motivación para convertirse en Voluntario. De pequeño y adolescente concurrió a observar el trabajo de Bomberos. Hasta que llegó al antiguo Cuartel de la Segunda, en calle Luis Beltrán, y comenzó su lazo con la Compañía. Más tarde, ya instalados los segundinos en la avenida Antonio Varas, y a instancias del entonces Voluntario Juan Borroye, Moncada ingresó a la Segunda.

“De la Compañía me atrajo su mística, el deseo de servir a los demás, el encontrar compañerismo y amistades, y ser Bombero fue un incentivo de mi vida. Recuerdo a muchos que estuvieron desde esos años, la mayoría ya partió y siempre está mi recuerdo hacia ellos”, indica.

Entre varios momentos, recuerda la entrevista que hace años le hicimos para el tradicional Boletín “Alerta” de la Segunda, y donde ya contaba muchas historias de la Compañía.

La intensa y alegre vida de Cuartel

Consultado sobre sus inicios y desarrollo en la Compañía, Héctor “Tito” Moncada narra: “Mi vida de Bombero en la Segunda fue mi vida. Matinée, vermouth y noche. Logré tener independencia económica y siempre en la mañana pasaba al Cuartel, al mediodía pasaba a almorzar, y cuando terminaba mis labores, en la tarde, me iba a la Bomba. Disfrutaba reunirme con mis compañeros de Bomba, compartir el almuerzo, tomar once, conversar. Y salía a los Llamados, a los Incendios. Pasaba mucho tiempo en el Cuartel y por eso me gané Premios de Asistencia, en 1953 y 1954”.

Cuenta que “la vida de Cuartel era intensa, entretenida. Recuerdo el año 52, a inicios de los cincuenta, que nos juntábamos los Voluntarios de la Primera y de la Segunda, porque estaban juntas las dos Compañías, y jugábamos cacho, dominó, se comía, se tomaban unos traguitos, se conversaba, lo pasábamos bien. Había una convivencia grande, mucha amistad. Bueno, la vida hizo que muchas cosas cambiaran, pero creo que esa experiencia de compartir en el Cuartel es algo que debe preservarse”.  

Años en que se produjeron los Incendios en barracas, casonas, inmuebles públicos, y en las primeras fábricas de Ñuñoa, que abarcaba más territorio que hoy.

En el relato surge un aspecto que se define a los Bomberos segundinos, sobre todo los antiguos, los de los inicios, en su entrega por el desarrollo de la Compañía. “Te voy a contar algo”, dice. “Nos reuníamos en la Bomba y hacíamos trabajos por el Cuartel, por la Compañía. Como fue construir el segundo piso, eso que se disfruta ahora. Eso era un entretecho, nada más, que se transformó en una cabaña, que la construimos nosotros. Y en esa cabaña -cuenta con nostalgia y orgullo- teníamos una salamandra, con carboncito, estaba el casino, pusimos mesas y sillas, y nos juntábamos todos los días a conversar, a jugar cacho, dominó, damas, a hacer competencias de ajedrez y ludo, esos juegos de salón de la época, y después vino el pool. Alrededor de todo eso estaba la buena comida, el buen trago, el buen pasar y el buen amigo. Siempre listos para salir a un Llamado. Para nosotros eso era lo más importante, estar dispuestos a ir a los Incendios, a servir a la comunidad, a cumplir con lo que nos habíamos comprometido”. 

Moncada habla de amistades construidas, inquebrantables, bomberiles. “Cuando había alguien que estaba enfermo o tenía algún problema, estábamos con ellos, apoyábamos, los visitábamos y dábamos el aliento necesario para seguir luchando en la vida”.

“Lo más triste y duro”

Consultado sobre el momento más triste, más amargo vivido en la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, no duda en afirmar: “Lo más triste y duro es el recuerdo del Incendio de calle Madreselvas, es el haber perdido a mi compañero de Bomba, de farras, de conversas, de tantos momentos compartidos, Silvio Guerrero Mutinelli, que murió en esa ocasión y que constituyó el momento más triste de mi historia en la Compañía”.

Todos quienes conocen de la vida de Cuartel y de amistades creadas en la Segunda, saben que Silvio Guerrero y Héctor Moncada eran grandes amigos. Compartían horas en la Guardia Nocturna, combates de Incendios, tertulias en el Cuartel y salidas a pasarlo bien en boliches de Ñuñoa y Santiago. Por cierto, junto a otros segundinos. 

Sobre el 14 de diciembre de 1962, fecha en que cayeron en cumplimiento del deber Silvio Guerrero Mutinelli y Jorge Batiste Aleu, “Tito” Moncada apunta: “Ese día estábamos en el Cuartel Silvio Guerrero, Raúl Guerrero y yo, estábamos programando un viaje a ver a unas niñas fuera de Santiago. En un momento nos retiramos Raúl y yo, nos fuimos caminando y pasamos por un restaurante en Irarrázaval, que se llamaba El Bohemio. Nos estábamos tomando unas cervezas, y pasa un Voluntario de la Primera, (Federico) Goldschmidt, y nos dice que hay Incendio. Tomamos mi auto y partimos al Incendio en calle Madreselvas. Yo en ese momento no era Voluntario porque había renunciado, pero estaba en contacto permanente con la Compañía y me veía con mis amigos y fui al Incendio. Llegamos y después de un rato se acercó Raúl, a quien se le llenaron las botas de solventes y de unos líquidos, agarré una manguera de una casa y le lavé los pies. Estábamos en eso cuando se produjo la tragedia. Me acerqué a la industria donde estaba el siniestro, y vi a Manuel Fuentes (quien fuera Capitán y Voluntario Honorario) que venía mal herido, lo tomé, lo metí dentro de mi auto, y lo llevé a la Posta Central, donde lo dejé. Volví al Incendio y me encontré con la tragedia y el dolor. Vi a Silvio que estaba tendido encima de una escala de techo, tapado con una lona de esas que usábamos para los Incendios. Todo fue terrible”.

Hay un recorte de un diario (encuadrado en una pared en el Cuartel) donde se ve a Héctor Moncada, su rostro lleno de tristeza, a un lado del féretro con los restos de Guerrero Mutinelli. Nunca olvidó a su amigo. La vida bomberil prosiguió. Moncada estuvo un tiempo en la Séptima Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, pero luego regresó. “Yo siempre tuve mi corazón en la Segunda, es mi casa donde nací como Bombero”.

Un tragahumo de siempre

Fue un tragahumo de muchos años, y no hace aspaviento de ello. Lo asume con humildad. “Tengo grabados muchos Incendios, rescates -dice-,pero a esta altura de la vida, y que sigo siendo Voluntario por el cordón umbilical con la Segunda que es Raúl Flores (Voluntario Honorario), que me ha llamado toda la vida, sigo pendiente de lo que hace la Segunda y cómo trabaja. Bueno, recuerdo muchos Incendios, y al final es lo que uno aprende de ser Bombero”. 

Hay actuales y ex segundinos que visitamos a Moncada en su hogar de El Quisco. Son momentos gratos, de esparcimiento, de recuerdos. Surge el cariño. Hace un par de semanas hubo un encuentro recreativo en la parcela de Vicente “Vicho” Appas, un ex Voluntario, donde fueron muchos que conocen hace años a “Tito” Moncada, y él concurrió, desde El Quisco. Sobre ese encuentro, el Voluntario Honorario indica: “Te voy a decir que cuando me reuní con ustedes hace poco, unos que siguen siendo Bomberos y otros que no, sentí una emoción enorme porque encontré gente que ya no son Voluntarios, pero ahí estaban, junto a nosotros que somos Voluntarios, y encontré que eso es una maravilla, porque el hombre que estuvo en la Bomba nunca dejará de ser Bombero, y ellos hicieron una entrega y esa entrega hay que reconocerla”. 

“La pelee” por la Brigada Juvenil

Muchos de los que llagamos de once o doce años de edad a la Segunda, buscando ingresar a la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu”, tenemos el recuerdo de Moncada sentado en el casino, en esa acogedora cabaña, llena de madera, tradición y armonía, donde se pasaron momentos alegres, memorables. Y su conversación, sus bromas, sus consejos y el apoyo a los Brigadieres estuvieron latentes. Él tiene sus recuerdos de la Brigada, como muchos antiguos segundinos.

“La Brigada Juvenil empezó a funcionar sin estar fundada legítimamente, funcionaba antes que se formalizara, porque iban los chiquillos al Cuartel, eran inquietos. Yo la recuerdo con cariño”, sostiene. 

En la conversación le llega un recuerdo específico. “Tú fuiste Instructor Jefe de la Brigada varias veces, cuando cabro fuiste Capitán de la Brigada, y recuerdo que en dos o tres oportunidades me llamaste y me dijiste, Tito, tengo problemas, se accidentó un Brigadier, porque hacían buenos ejercicios, y me acuerdo que desde el aeropuerto de Pudahuel partí a buscarlos para llevar al cabro a la Posta”.

Añade que “siempre estuve apoyando a la Brigada, en las sesiones, cuando todavía no se fundaba, siempre reclamé para que reconociéramos a la Brigada, decía que teníamos que darle un respaldo, no podíamos tenerla en el aire. Así que fui un hincha acérrimo de la Brigada, no siendo uno de los fundadores, pero la pelee por ellos, tal como lo hizo el Director Ricardo Seyler”. Sin duda un ejemplo para seguir bregando por la “Jorge Batiste Aleu”.

“Las nuevas generaciones han sabido cumplir”

Consultado sobre cómo mira hoy a la Segunda, va directo a lo que acontece y entrega su mirada de los nuevos tiempos. “Cuando supe que estaba listo el nuevo Carro (la nueva M-2), lo que dije fue ¡Grande Segunda!”.

Y continúa: “Las nuevas generaciones han sabido cumplir. Creo que con eso está todo dicho. Una alegría enorme. Saber que la Compañía sigue funcionado después de tantos años, mucho más de cualquier cosa que pudieron pensar o imaginar los Fundadores o aquellos que eran Voluntarios cuando ingresé en 1952, como Enrique Guerra o Jorge Vélez. Nunca soñaron lo que el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa iba a ser y mucho menos lo que la Segunda lograría ser. Claro, esos hombres construyeron y siguen construyendo. Ahora construyen las nuevas generaciones”.

Una conversación que, al final de cuentas, en efecto, une el hilo de generaciones en la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, a través de este Bombero Insigne que en este mes de septiembre recibirá sus premios por 55 y 60 años de servicio.

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48º aniversario de conmemoración a Jorge Dzazópulos

Las y los segundinos nos reunimos en este sagrado y emotivo rito de recordar y homenajear a nuestro Mártir, Jorge Dzazópulos Elgueta, fallecido en cumplimiento del deber bomberil en las primeras horas del 8 de septiembre de 1973.

Sabemos que el Bombero Mártir sufrió un grave accidente el 7 de septiembre de 1973, en la Sala de Máquinas del Cuartel, que hoy lleva honrosamente su nombre. Accidente del cual fueron testigos varios Voluntarios y el entonces Cuartelero Adolfo Guiñez, quienes quedaron profundamente afectados por el dramático episodio. Otro Cuartelero, Eliecer Pizarro, salió raudo en la entonces ambulancia bomberil, el carro “Mario Larena las Casas”, llevando a Dzazópulos a la Posta Central, donde fallecería a pesar de los esfuerzos médicos y de la ayuda de los segundinos donando sangre.

Si se me permite una mirada personal, en esa fecha ocupaba el cargo de Capitán de la Brigada Juvenil, que lleva el nombre de otro joven Mártir, Jorge Batiste Aleu, y pude constatar la desazón de la familia segundina, formada Compañía y Brigada frente al Cuartel, acompañados por las entonces siete Compañías del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, y decenas de Compañías de Bomberos de varias regiones del país, desfilando cientos de Bomberos hacia el Cementerio General, acompañando a su última morada a Jorge Dzazópulos Elgueta.

Nuestro Mártir llevaba menos de dos años de Bombero, habiendo ingresado a las filas segundinas el 4 de diciembre de 1972, otorgándosele la Placa 2/29 y sus prendas de cargo. Fue electo Pro Secretario, despuntando como posible buen oficial. Se integró en 1973 a la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana”, con compromiso y sin excusa ni queja, para cumplir un rol que debe enorgullecer a toda segundina y todo segundino, el ser guardián nocturno.

Desde su incorporación y más aún después de su fallecimiento, la familia Dzazópulos pasó a ser parte de la historia de la Segunda Compañía. Supimos del cariño de su madre, doña Sara Elgueta, de su padre, don Nicolás, y de sus hermanos Alexandro y Juan. No pasa desapercibido que Nicolás y Alexandro Dzazópulos, siguiendo la huella de honor y compromiso de su hijo y hermano, respectivamente, integraron las filas de la Segunda Compañía.

Cuando recordamos y homenajeamos a Jorge Dzazópulos Elgueta a 48 años de su trágica muerte, recurrimos a su ejemplo y los valores que trazan el deber ser del Bombero y la Bombera, especialmente de las y los segundinos.

El nombre del Mártir está inscrito en piedra y bronce, en el inolvidable homenaje. También está inscrito en el alma y el pensamiento en el inolvidable ejemplo.

El carácter de un Bombero perfila su característica. Jorge Dzazópulos era un muchacho noble, sencillo, cordial, caballero, estudioso, dispuesto a servir con voluntad y disciplina, sin ambiciones mezquinas. Él se consagró a aquella frase de nuestro compromiso al ingresar a la Bomba, de dejar fuera los egoísmos y las pasiones.

Por ello, nuestro mejor homenaje y recuerdo a nuestro Mártir es emular su carácter para aquilatar su característica de ser Bombero. 

Es decir, que cada día breguemos por la existencia entre nosotros de la sencillez, la nobleza, la cordialidad, dejando fuera ambiciones personalistas, para construir todas y todos juntos la historia de la Segunda. También seguir su ejemplo de entrega inquebrantable al servicio bomberil en beneficio de la comunidad.

Que las legítimas diferencias que puedan existir, sirvan para construir y no para deconstruir. Que la experiencia de los más antiguos y el ímpetu de los más jóvenes, se complementen al servicio de la causa común. Que la preparación técnica como profesionales de la emergencia, vaya acompañada de la formación ética y en las normativas institucionales. Que no exista ningún tipo de discriminación etaria, de género, social o de otro tipo.

Todo eso, en la nobleza y compromiso que nos legó nuestro Mártir Jorge Dzazópulos Elgueta, para ser dignos representantes de su ejemplo.

Enarbolar el lema de “La Vida por la Humanidad” no sólo en la disposición de entregar lo más preciado en el cumplimiento del deber, sino a lo largo de la trayectoria de cada segundina y segundino acondicionándose para el servicio y asimilando los valores bomberiles.

Que en el homenaje a nuestros cuatro Mártires, Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana y Jorge Dzazópulos Elgueta, superemos el fatalismo y la fatiga, para estar siempre en disposición de aportar y colaborar donde sea necesario, con entusiasmo, optimismo y alegría, y en estar siempre alertas para concurrir al llamado de emergencia y servir como nos comprometidos, sin desmayo ni excusa.

Honor y Gloria a Jorge Dzazópulos Elgueta en el 48 aniversario de su fallecimiento.

Muchas gracias.

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Nuestra unidad de altura M-2

Hace 48 años, específicamente un 8 de septiembre de 1973, la Segunda Compañía inscribía a uno de los suyos en el sempiterno libro del martirologio bomberil, haciendo trascender hasta la eternidad el nombre de nuestro cuarto Mártir Sr. Jorge Dzazópulos. Así pues, esa fatídica noche, víctima del destino y la tragedia, uno de los nuestros caía aprisionado por el mítico portaescalas Mercedes Benz y entregaba su cuerpo terrenal en el cumplimiento máximo del deber, generando inmediatamente merecidas muestras de respeto y admiración hacia este caballero del fuego, a este mártir del servicio. El respeto por esta gesta que marcó uno de los episodios más triste de nuestra historia institucional llevo a que la sala acordara bautizar con los nombres de nuestros tercer y cuarto mártir, Señores “Luis Bernardin Orellana” y “Jorge Dzazópulos Elgueta” de manera permanente, la segunda pieza de material mayor que nuestro Unidad tuviera en servicio, siendo esta en el año 1995 la primera unidad de altura del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa y por ende la primera escala telescópica de la Segunda Compañía.

Es así que, un 8 de Diciembre de 1995 y luego de años de esfuerzo y unión por parte de todos los miembros de la segunda, entraba en servicio la escala telescópica Renault Camiva ESPA-32 con nomenclatura M2 y con los nombres de los bomberos mártires Señores “Luis Bernardín Orellana» y «Jorge Dzazópulos Elgueta”. Esta moderna unidad para su época llegaba a cambiar el paradigma de trabajo en altura en nuestra institución colocando a disposición de la comunidad un carro acorde al naciente crecimiento hacia altura que nuestra jurisdicción experimentaba.

Pero la Segunda no es una Compañía que se caracterice por mantenerse impertérrita a los cambios que la rodean y, mientras nuestra ciudad crecía hacia las alturas, los segundinos también mirábamos hacia arriba sabiendo que nuestra comunidad necesitaba más tecnología a su servicio. Por eso, y con la visión constante de que para ser grande no solo hay que parecer, si no también actuar y soñar como grandes, los segundinos desde hace 10 años comenzaron a gestar, primero en sus mentes y luego en mesas técnicas y de trabajo, la opción de cambio para nuestra pieza de material mayor en altura. 

Se buscaron las mejores opciones, tanto en el aspecto técnico y en el área de financiamiento. Diversas oficialidades pasaron, muchos con distintos pensamientos pero siempre con la convicción de que el bien común y el éxito de la institución está sobre cualquier diferencia personal; cientos de horas hombre invertidas, muchas discusiones y momentos en que dijimos que quizás esto no era posible. No lo podemos negar, más de alguna vez nos entró un dejo de duda en la concreción de este proyecto; una histórica contingencia social sumada a una pandemia nos pusieron aún más dificultad para lograr concretar este sueño. Pero somos la Segunda, la fundadora de escalas, la Compañía que vio caer a cuatro de los suyos cumpliendo el lema voluntariamente impuesto y no se amilano, en ningún momento, en avanzar hacia adelante. No podemos negarlo, nos hacemos grande en la adversidad

Y la historia avanzó hasta el día 8 de Septiembre del 2021 y mientras los segundinos de manera virtual conmemoraban un año más de la tragedia que nos arrebató a uno de los nuestros, el Honorable Directorio del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa colocaba el ultimo ladrillo de este gran sueño y así, oficialmente, acordaba la compra de la nueva pieza de material mayor en altura para la Segunda Compañía. Asares del destino que mientras con respeto y admiración homenajeábamos a nuestro mártir Jorge Dzazópulos, las más altas autoridades institucionales daban el vamos para renovar la pieza que lleva su nombre como eterno homenaje a su desinteresada entrega.

Las palabras sobran en estos momentos, la alegría se mezcló con el agradecimiento a los nuestros y el respeto a nuestra historia, una historia no carente de oscuros pasajes llenos de tristeza y desazón, pero a la postre una historia gloriosa como ninguna. Hoy, el libro de nuestra leyenda escribe uno de sus pasajes más gloriosos y significativos de nuestra historia.

A contar de este momento, y mientras dure este proceso final, por esta web iremos mostrando los avances de este carro, sus características y sus modernas líneas de ultima generación; no obstante hoy el objetivo es otro. Hoy, a través de nuestra página, queremos agradecer a todos y a cada uno de los que hicieron que este sueño se hiciera realidad: a la Superintendencia y a la Comandancia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa por su constante apoyo durante todo este proceso; al honorable directorio que dio su visto bueno para que los segundinos estemos a un paso de esta anhelada nueva pieza de material mayor, a los vecinos y vecinas que cada vez que requerimos su apoyo estuvieron incondicionalmente con su Compañía, a todos los oficiales que pasaron durante este proceso y que de seguro seguirán trabajando hasta tener nuestro nuevo carro en nuestro cuartel, y, por sobre todo, a todos y cada uno de los segundinos que desde el minuto uno creyeron en este sueño, en esta utopía que era traer una «telescópica americana». Hoy estamos felices, a más de alguno se le ha caído una lágrima de felicidad al saber que sí podemos. Hoy recordamos a nuestros viejos y a su espíritu de superación que nos legaran a nosotros, las nuevas generaciones. Hoy, 8 de septiembre del 2021 podemos decir que nuestro sueño, el sueño de todos, gracias a la unión y al trabajo en equipo, está cada vez más cerca.

Por nuestros mártires y fundadores, por nuestra heroica historia, por todos los hombres y mujeres que día a día entregan lo mejor de si por hacer crecer esta, nuestra Compañía de Bomberos, digamos con orgullo y con convicción que hemos demostrado que LOS SUEÑOS SON PARA CUMPLIRSE y que nuestra fuerza, es por sobre toda las cosas, nuestra unión. 

Segundinos….. Con júbilo y alegría podemos decir con orgullo TENEMOS NUEVO CARRO.

Alejandro Gutiérrez López

Voluntario Honorario 

Teniente Primero Segunda Compañía 

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El día de más de 50 mil Bomberas y Bomberos

Este 30 de junio de 2021 se conmemora en Chile, como cada año desde 1962, el Día Nacional del Bombero. 

Es una fecha para reconocer la labor desinteresada y voluntaria de más de 50 mil Bomberos y Bomberas que existen a lo largo de todo el territorio nacional, organizados en más de mil cien Compañías y 313 Cuerpos de Bomberos. 

En Chile son alrededor de 42 mil hombres y más de 7 mil mujeres quienes están convertidos en profesionales de la emergencia, sin remuneración, al integrar una Institución que desde el siglo 19 fue capaz de organizarse en base al voluntariado, como una respuesta desde la sociedad civil a la necesidad de encarar los incendios, salvamentos y más tarde rescates de alta complejidad, siniestros de haz-mat (materiales peligrosos) y otras especialidades.

Lo basamentos de la Institución bomberil chilena radican en una gestión administrativa eficaz, una capacidad operativa eficiente y una ética que guía toda la acción bomberil.

Este 2021, el Día Nacional del Bombero coincide con los 170 años de la fundación del primer Cuerpo de Bomberos, ocurrido el 30 de junio de 1851 en Valparaíso, después de grandes siniestros que afectaron al puerto chileno. Desde esa fecha hasta que concluyera el siglo 19, se formaron 38 Cuerpos de Bomberos en todo Chile.

Al conmemorarse la existencia de los Bomberos de Chile y reconocerse la labor de hombres y mujeres que integran la Institución, cada año en las escuelas de todo el país, niños y niñas efectúan actividades de homenaje y saludo a las y los tragahumos chilenos, y este 2021 todo se tendrá que hacer vía on line. También las Bomberas y los Bomberos reciben el saludo de diversas instancias de la sociedad y el país.

Un día para reconocer una labor de todos los días, al servicio de la comunidad, sin distinción de ninguna índole.

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Brigadas Juveniles recordaron 88 años del CBÑ

El sábado 29 de mayo, vía telemática, se realizó la jornada “Nuestra Historia y Nuestro Futuro”, organizada por el Departamento de Brigadas Juveniles del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, destinada a resaltar y celebrar los 88 años de la Institución, cumplidos el 27 de mayo pasado.

Participaron integrantes de todas las Brigadas Juveniles del CBÑ, en una comunión de acceso a la historiografía bomberil ñuñoina y específicamente de las BJ. Estuvieron presentes el Director de la Segunda Compañía, Andrés Soto, el Tercer Comandante del CBÑ, Alex Müller, el Inspector de Brigadas, Sergio Yantén, Ayudantes Generales del Departamento de Brigadas Juveniles, Instructores Jefes e Instructores Ayudantes, entre otros.

En la actividad tuvieron destacada participación bomberos segundinos. El Consejero de Gestión y Reglamento, Hugo Guzmán, hizo ante las Brigadas la exposición de Historia del Cuerpo, en una dinámica y completa presentación. Luego hubo una conversación para conocer vivencias y experiencias de la Institución y particularmente del Mártir Jorge Dzazópulos Elgueta, en las que participaron los Voluntarios Honorarios Carlos Proust y Alexandros Dzazópulos. 

El Voluntario Honorario de la Quinta Compañía, Eduardo Wurgaft, hizo una espléndida exposición de la historia de las Brigadas, la participación de niños y jóvenes en Compañías de Bomberos desde el siglo 19, y específicamente relató la historia de la Brigada Juvenil de su Compañía. El Voluntario Honorario de la Tercera Compañía, Cristian Olivos, hizo una presentación con datos de las Brigadas Juveniles a nivel nacional y a nivel del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

El Tercer Comandante, Alex Müller, felicitó la actividad e indicó que fue un aporte a la formación integral de las y los brigadieres, en temas tan importantes como la historia y  trayectoria de los bomberos de Ñuñoa.

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CBÑ. Una existencia de 88 años

A fines del siglo 19 surgió la Comuna de Ñuñoa. Fue fundada el 6 de mayo de 1894.  Casi cuarenta años después, nacía el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, respondiendo al desarrollo urbano, demográfico, de servicios e infraestructura de esta zona del oriente/sur de la capital chilena.

A fines de la década de los veinte e inicios de la década de los treinta del siglo 20, se dieron pasos de fortalecimiento institucional de la Comuna (instalación de la nueva sede municipal, estructuración del municipio, implementación de la “autonomía comunal”) (“Ñuñoa. Su historia, su gente”. Ilustre Municipalidad de Ñuñoa. Edición octubre 2012) y en ese contexto apareció la necesidad de contar con unidades de Bomberos. Claro que, en honor a la verdad histórica, como sucedió con la fundación de los Cuerpos de Bomberos de Valparaíso y de Santiago, el de Ñuñoa se gatilló por un enorme incendio el 24 de abril de 1933, que llevó a un grupo de notables vecinos, liderados por el intelectual Alberto Ried Silva, a tomar la iniciativa de dar origen a la Institución bomberil ñuñoina.

Escribió Ried: “Habitaba yo en 1933 una pequeña casa en la calle San Gregorio (hoy Dublé Almeyda) muy próxima a la avenida Exequiel Fernández en Ñuñoa…Una noche inquietante, que lo fue aquella del 24 de abril…el fulgor de una hoguera iluminó los contornos de mi residencia. Las llamas habían prendido violentamente en la esquina de la Avenida José Domingo Cañas con Exequiel Fernández y el resplandor ígneo había puesto en estado de alarma a todos los habitantes del barrio…El fuego avanzaba con inusitada rapidez y las casas vecinas comenzaban a ser presa de las llamas…Al albor de aquel otoñal amanecer, integrado bajo el alero de mi hogar, un pensamiento pertinaz iluminó mi cerebro…Y entonces, Balbina, mi compañera, fue quien escuchó de mis labios las primeras palabras de esta concepción: -‘Mujer, le dije, voy a fundar en la Comuna de Ñuñoa, un Cuerpo de Bomberos Voluntarios’…”. (“El Llamado del Fuego”. Alberto Ried Silva. Edición Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa. 2008).

Así las cosas, el 27 de mayo de 1933 se fundó el CBÑ, en una reunión en una dependencia de la Municipalidad de Ñuñoa instalada en una antigua casona de avenida Irarrázaval, frente al Club Ñuñoa. En el inicio de ese proyecto vital, participaron connotados personajes -además de Ried- como Joaquín Santa Cruz Ossa, Carlos Silva Vildósola, Alejandro González, Heberto Valencia, Jorge Vélez, Juan Moya Morales, junto a un numeroso contingente de hombres convertidos en Bomberos.

Vinieron los encuentros en la Posta 4 de la Asistencia Pública, las donaciones, la compra de los primeros carros siempre en función de adquisiciones de máquinas europeas o estadounidenses, la conformación de oficialidades, la gestión para la instalación del primer cuartel en calle Luis Beltrán 1919 y los despegues en los años cuarenta que fortalecerían una Institución que siguen siendo de las más grandes e incidentes a nivel regional y nacional.

Al comienzo, existiendo el Cuerpo, se hablaba de la “Compañía sin número” porque no existían tales. Pero el 26 de noviembre se fundó la Primera Compañía y el 8 de diciembre la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, consideradas Compañías Fundadoras. Entre octubre de 1943, hasta diciembre de 1974, se fundaron la Tercera, Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima y Octava Compañías. A mediados de los setenta se adoptó una decisión institucional  y el Cuerpo de Bomberos de La Florida y sus tres Compañías pasaron a formar parte del CBÑ, convirtiéndose en la Novena, Décima y Undécima.

La historiografía de los Bomberos de Ñuñoa está plagada de sucesos, hitos y también mitos, que figuraron y establecieron su desarrollo y fortaleza en un hilo conductor de acontecimientos y decisiones, encuadrado todo asimismo en la historia comunal, regional y nacional, y en los avances científico-tecnológicos y de procedimientos de gestión y administración.

Como sea, visto de manera cronológica o complementaria independiente de los tiempos, esta Institución arriba a las ocho décadas de existencia, con cimientos construidos, entre otras cosas, con el rescate y reivindicación de su pasado, y comprensión de una visión de futuro, sin abandonar las necesidades y hasta prisas del presente.

Algunos momentos determinantes

Un hito que tiene que ver con el marco formal del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, se produjo cuando la autoridad central del país, de aquella época, tomó la decisión de crear dos nuevas comunas en parte importante de la circunscripción ñuñoina. En 1984, se dictó el Decreto con Fuerza de Ley (DFL) Nº1-18.294, de fecha 10 de julio de 1984, que en su Artículo 1º señaló: “Establécense las municipalidades de las comunas de San Ramón, La Pintana, Lo Prado, Cerro Navia, Peñalolén y Macul. Estas municipalidades entrarán en funcionamiento, en la fecha en que asuma su cargo el respectivo Alcalde, designado en conformidad a la ley, dentro del plazo de 120 días contados desde la publicación del presente D.F.L. en el Diario Oficial”. (Biblioteca del Congreso Nacional. Documentos del Ministerio del Interior). De tal manera que el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, a partir de esa fecha, quedó integrado por las comunas de Ñuñoa, La Reina, La Florida, Macul y Peñalolén.

A eso hay que agregar que disposiciones anteriores entre finales de los setenta e inicios de los ochenta, alteraron las demarcaciones jurisdiccionales de las comunas de la Región Metropolitana, lo que incidió en el “sistema de despachos” a emergencias en el caso de las unidades bomberiles ñuñoinas, en concurrencias a Incendios, Rescates y otras alarmas, en los límites con comunas de Santiago, Providencia, Las Condes y La Granja. Unos 30 años después esto tuvo una mejora, cuando los Cuerpos de Bomberos de Ñuñoa y de Santiago lograron un acuerdo y coordinación en la cobertura de emergencias de comunas atendidas por ambas instituciones.

El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, como toda Institución bomberil, desde su nacimiento fue impactado y enmarcado en acontecimientos de la vida nacional, de todo tipo. Desde su surgimiento le tocó asumir emergencias ante desastres naturales como los terremotos de 1958, 1965, 1971, 1985, 1997, 2010, 2012, 2015 que afectaron a la Región Metropolitana y específicamente a las comunas que cubre el CBÑ; los aluviones de 1987, 1993, 2009, 2013;  pandemias o situaciones sanitarias críticas (1933, influenza), hantavirus (1990-2001), listeriosis (2008 a 2009) y Covid-19 (2020 a la fecha); grandes Incendios de fábricas, bodegas, poblaciones, recintos militares, escuelas, casas, barracas, forestales. Episodios históricos en la vida social, política e institucional como la primera vez que las mujeres chilenas pudieron votar (1935), ruptura de relaciones con Alemania y Japón en medio de la Segunda Guerra Mundial (1945), golpe de Estado (1973), tensión y peligro de guerra con Argentina (1978), avance de la reforma penal procesal (2005), y estallido social (2019) que gravitaron en la actividad de Bomberos.

Frente a esos sucesos, de diverso origen e índole, donde básicamente se amalgaman los factores humanos con los de la naturaleza, en los radios cubiertos por los Bomberos Ñuñoinos hubo que atender diversidad de alarmas con distintos componentes, que van desde contar con el material técnico apropiado, hasta contar con valores y comportamientos necesarios: como atender emergencias en un aluvión a una pandemia, o en medio de una crisis institucional del país y una revuelta social. 

También en el CBÑ hubo que atender emergencias de nuevo tipo, que fueron superando el accionar solamente en Incendios o desastres naturales. Las emergencias con productos químicos, de colisiones o choques de vehículos con innovaciones tecnológicas, de derrumbes e incidentes con personas atrapadas, los siniestros en edificios de gran altura, entre otras realidades, derivaron que a partir de la década de los sesenta y sobre todo entrando en el siglo 21, el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa pasara de dos especialidades bomberiles básicas, a casi una decena de especialidades. 

Se fueron incorporando el Rescate Vehicular, Rescate Urbano, Rescate en Aguas Torrentosas, Incendios y Búsqueda y Rescate en Edificios de Altura, Salvamentos de complejidad con trabajo de cuerdas, Haz Mat o Materiales Peligrosos, y nuevos procedimientos en combates de incendios. En los años ochenta, las Compañías de Bomberos de Ñuñoa pasaron a ser multipropósito teniendo varias de ellas dos o más especialidades.

Hoy el CBÑ cuenta con vehículos de emergencia de alta eficacia y capacidad, pero no se olvidan historias como ser el primer Cuerpo de Bomberos que usó escalas de aluminio (hoy se usan en todo el país) en sus carros portaescalas, o la mítica llegada de los carros bomba “Ward LaFrance”, unos monstruos en el combate de las llamas. Durante décadas, carros y máquinas que llevaban el “material menor” actualizado y eficaz, es decir, las herramientas imprescindibles para el trabajo en incendios, rescates y otras alarmas.

Es insoslayable contener en la historia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa la tragedia producida cuando Bomberos Ñuñoinos fallecieron en Actos del Servicio, convirtiéndose en Mártires de la Institución. Es el caso de Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu y Luis Bernardin Orellana, muertos a consecuencia de una explosión producida en una fábrica en calle Madreselvas, de la ahora Comuna de Macul, en el desarrollo de un siniestro de proporciones. El cuarto Mártir institucional es Jorge Dzazópulos Elgueta, fallecido por las graves lesiones sufridas en la Sala de Máquinas cuando el carro portaescalas salía hacia una alarma. Los cuatro eran Voluntarios de la Segunda Compañía.

También hubo en las últimas décadas hitos que se instalaron no solo en la historia sino en el desarrollo del Cuerpo de Bomberos como el surgimiento de las Brigadas Juveniles, la incorporación de mujeres a sus filas, el desarrollo de una poderosa Central de Telecomunicaciones y Alarmas, la creación de la Unidad Simbólica 1919 que luego pasó a denominarse  “Director Honorario Heberto Valencia Guevara”, donde participan los Bomberos con más de 45 años de Servicio, y situaciones propias y particularidades, como que es un Cuerpo de Bomberos que siempre estableció el uso de uniformes similares para sus Compañías, la participación en instancias regionales y nacionales de Bomberos de Chile, donde quedó en los anales la gestión y compromiso del Voluntario Honorario de la Quinta Compañía, “Bomba Israel”, Octavio Hinzpeter. 

Más de ocho décadas pasaron y lo que fue una incipiente pero decidida iniciativa, 88 años cruzados por un continuo de desarrollo y avance, en lo operativo y administrativo y gestión, que sitúa a ese proyecto modesto de los 30 del siglo pasado en una estructura bomberil de su tiempo, moderna y eficaz, con casi una decena de especialidades, cientos de profesionales de la emergencia (que no rentados, porque no es lo mismo), carros y máquinas propias del siglo actual y una infraestructura apropiada y eficiente.

Hugo Guzmán Rambaldi

26 de mayo 2021.

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QX-2: Nereo Mutinelli y Carlos Proust

La Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa tomó la decisión de que el carro QX2, “Portaescalas de segundo socorro”, lleve los nombres de los Voluntarios Honorarios Nereo Mutinelli G. (QEPD) y Carlos Proust V., por sus dilatadas trayectorias bomberiles y, particularmente, su permanente preocupación y compromiso con el cuidado y mantenimiento del Material Mayor de la Compañía.

Don Nereo Mutinelli (Q.E.P.D.) junto con el superintendente Denis Cohn M.


Nereo Mutinelli ocupó con laboriosidad el cargo de Maquinista de la Compañía y varios años se desempeñó como Inspector de Material Mayor del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, ejerciendo una loable y provechosa labor.

Voluntario Honorario Señor Carlos Proust


Carlos Proust fue Maquinista de la Compañía durante 15 años, asumiendo todas las responsabilidades del cargo y mostrando una sentida dedicación por distintos carros que han servido en la Segunda Compañía. También durante algún tiempo ejerció como Ayudante General de Material Mayor.

Lo decisión de la Compañía de que el Carro QX2 lleve el nombre de Mutinelli y Proust fue una manera de reconocer la entrega, el compromiso y el cariño de Voluntarios Segundinos en la historia del desarrollo de la Segunda Compañía de Ñuñoa. 

Carro QX-2

Carlos Proust, en entrevista, indicó que ser Maquinista “es una experiencia muy enriquecedora, se conocen los carros, todo el material menor que es muy importante en las acciones de la Compañía, se tiene el conocimiento cuando se está en incendios o rescates para el uso del material y además se puede enseñar a los Voluntarios que vienen, y que podrán ser Maquinistas”.

El Voluntario Honorario manifestó que “el material mayor es de la mayor importancia en la Compañía, es el que nos permite atender las emergencias y para mí ha sido lindo ver cómo se va renovando y han llegado nuevos carros. Lo importante es que uno de los deberes de los Voluntarios es tener un amplio conocimiento del material mayor, y del material que lleva, y sobre todo cuidarlo mucho”. En ese sentido advirtió que “la falta de conocimiento del material que tenemos, puede ser motivo de un error”.

Carlos Proust hizo un recuerdo del ya fallecido Voluntario Honorario, Nereo Mutinelli, con quien compartió varias décadas en la Segunda y en la labor del cuidado, mantención y desarrollo de los carros y material menor. “Nereo fue un gran Voluntario, quiso mucho a la Segunda, fue muy dedicado, muy ordenado, en cuanto al material mayor. Recuerdo que hubo una época en que él llevaba una hoja de vida de todo el material mayor del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, era muy cuidadoso cuando fue Inspector de Material Mayor, y en ese tiempo era muy difícil que un carro del Cuerpo estuviera fuera de servicio o fallara, él estaba pendiente todos los días”.

En relación a que le hayan colocado el nombre de ambos al carro QX2, Proust, hoy Consejero de Disciplina de la Compañía, sostuvo que “es muy merecido para Nereo, eso me da mucho gusto”. Añadió que “en mi caso me pilló de sorpresa, yo no tenía idea de que se haría esa propuesta, fue una sorpresa muy grande. Lo tomo como un reconocimiento de la Compañía, de la Oficialidad y me siento agradecido”.

Escrito por: Voluntario Honorario Hugo Guzmán R.

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Proceso de Admisión 2021

Hemos iniciado un nuevo proceso de admisión este año 2021, para todos quienes quieran integrarse a la Segunda Compañía.
Para poder postular, deben cumplir los siguientes requisitos:

  • Mínimo 18 años.
  • Salud física y mental compatible con el servicio (Certificación emitida por el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa)
  • Certificado de nacimiento
  • Certificado de antecedentes
  • Certificado de alumno regular (Si es estudiante)
  • Test de drogas (Realizado por Departamento Médico)
  • Cuota de admisión
  • Aprobar «Curso de postulantes 2021».

Este proceso será todo un desafío, debido a la contingencia sanitaria y el que las comunas de la jurisdicción retrocedieron a fase 1, por lo que el equipo de la Escuela de Formación de la Segunda Compañía ha estado trabajando en un proceso que pueda ser realizado de la manera más segura para nuestros aspirantes.
La primera semana de abril se realizará la reunión informativa mediante la plataforma Zoom.
Este enlace se le enviará a todos quienes se han contactado al correo escuelaformacion@bomba2.cl interesados en participar en este proceso.

Dos abrazos a la distancia para todas y todos, sigamos cuidándonos.

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Feliz Navidad, familia Segundina

Han sido tiempos difíciles los que hemos vivido este último año, en medio de una pandemia que ha cambiado totalmente el diario vivir de todos en el mundo; pero aún así, nos las hemos arreglado para mantener el servicio activo, gracias a la voluntad y entrega de cada uno de las bomberas y bomberos de nuestra compañía.

Pero no son sólo ellos, detrás de cada bombera y bombero, hay toda una familia, madres, padres, hermanos, hijos; quienes aceptan el compartir la vocación y entrega de su ser querido. Esa es la familia Segundina, son quienes hacen a nuestra compañía lo que es.
Para todos ellos va este saludo, para cada uno de quienes componen la Segunda Compañía.

Foto de archivo. Navidad 2019

Ya volverá el cuartel a abrir sus puertas, ya volveremos a celebrar navidad en familia, con las vueltas en el carro y con el Viejito Pascuero subiendo por nuestra M2. Por ahora, sólo nos queda darles las gracias a nuestras bomberas y bomberos, quienes mantienen activo el servicio, siempre con toda la disposición y voluntad, siempre dispuestos a dar la Vida por la Humanidad.

En palabras de nuestro director de Compañía, señor Andrés Soto N.:
Este año 2020, más que saludarlos en Noche buena, me interesa agradecerles y admirarlos por lo que silenciosamente hacen por los demás, que ha hecho de esta Compañía un hogar de fieles camaradas, un gran abrazo a todos, gracias por ser cada uno como son y que disfruten esta noche junto a sus seres queridos.


Dos abrazos para cada uno de mis cófrades.