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48º aniversario de conmemoración a Jorge Dzazópulos

Las y los segundinos nos reunimos en este sagrado y emotivo rito de recordar y homenajear a nuestro Mártir, Jorge Dzazópulos Elgueta, fallecido en cumplimiento del deber bomberil en las primeras horas del 8 de septiembre de 1973.

Sabemos que el Bombero Mártir sufrió un grave accidente el 7 de septiembre de 1973, en la Sala de Máquinas del Cuartel, que hoy lleva honrosamente su nombre. Accidente del cual fueron testigos varios Voluntarios y el entonces Cuartelero Adolfo Guiñez, quienes quedaron profundamente afectados por el dramático episodio. Otro Cuartelero, Eliecer Pizarro, salió raudo en la entonces ambulancia bomberil, el carro “Mario Larena las Casas”, llevando a Dzazópulos a la Posta Central, donde fallecería a pesar de los esfuerzos médicos y de la ayuda de los segundinos donando sangre.

Si se me permite una mirada personal, en esa fecha ocupaba el cargo de Capitán de la Brigada Juvenil, que lleva el nombre de otro joven Mártir, Jorge Batiste Aleu, y pude constatar la desazón de la familia segundina, formada Compañía y Brigada frente al Cuartel, acompañados por las entonces siete Compañías del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, y decenas de Compañías de Bomberos de varias regiones del país, desfilando cientos de Bomberos hacia el Cementerio General, acompañando a su última morada a Jorge Dzazópulos Elgueta.

Nuestro Mártir llevaba menos de dos años de Bombero, habiendo ingresado a las filas segundinas el 4 de diciembre de 1972, otorgándosele la Placa 2/29 y sus prendas de cargo. Fue electo Pro Secretario, despuntando como posible buen oficial. Se integró en 1973 a la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana”, con compromiso y sin excusa ni queja, para cumplir un rol que debe enorgullecer a toda segundina y todo segundino, el ser guardián nocturno.

Desde su incorporación y más aún después de su fallecimiento, la familia Dzazópulos pasó a ser parte de la historia de la Segunda Compañía. Supimos del cariño de su madre, doña Sara Elgueta, de su padre, don Nicolás, y de sus hermanos Alexandro y Juan. No pasa desapercibido que Nicolás y Alexandro Dzazópulos, siguiendo la huella de honor y compromiso de su hijo y hermano, respectivamente, integraron las filas de la Segunda Compañía.

Cuando recordamos y homenajeamos a Jorge Dzazópulos Elgueta a 48 años de su trágica muerte, recurrimos a su ejemplo y los valores que trazan el deber ser del Bombero y la Bombera, especialmente de las y los segundinos.

El nombre del Mártir está inscrito en piedra y bronce, en el inolvidable homenaje. También está inscrito en el alma y el pensamiento en el inolvidable ejemplo.

El carácter de un Bombero perfila su característica. Jorge Dzazópulos era un muchacho noble, sencillo, cordial, caballero, estudioso, dispuesto a servir con voluntad y disciplina, sin ambiciones mezquinas. Él se consagró a aquella frase de nuestro compromiso al ingresar a la Bomba, de dejar fuera los egoísmos y las pasiones.

Por ello, nuestro mejor homenaje y recuerdo a nuestro Mártir es emular su carácter para aquilatar su característica de ser Bombero. 

Es decir, que cada día breguemos por la existencia entre nosotros de la sencillez, la nobleza, la cordialidad, dejando fuera ambiciones personalistas, para construir todas y todos juntos la historia de la Segunda. También seguir su ejemplo de entrega inquebrantable al servicio bomberil en beneficio de la comunidad.

Que las legítimas diferencias que puedan existir, sirvan para construir y no para deconstruir. Que la experiencia de los más antiguos y el ímpetu de los más jóvenes, se complementen al servicio de la causa común. Que la preparación técnica como profesionales de la emergencia, vaya acompañada de la formación ética y en las normativas institucionales. Que no exista ningún tipo de discriminación etaria, de género, social o de otro tipo.

Todo eso, en la nobleza y compromiso que nos legó nuestro Mártir Jorge Dzazópulos Elgueta, para ser dignos representantes de su ejemplo.

Enarbolar el lema de “La Vida por la Humanidad” no sólo en la disposición de entregar lo más preciado en el cumplimiento del deber, sino a lo largo de la trayectoria de cada segundina y segundino acondicionándose para el servicio y asimilando los valores bomberiles.

Que en el homenaje a nuestros cuatro Mártires, Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana y Jorge Dzazópulos Elgueta, superemos el fatalismo y la fatiga, para estar siempre en disposición de aportar y colaborar donde sea necesario, con entusiasmo, optimismo y alegría, y en estar siempre alertas para concurrir al llamado de emergencia y servir como nos comprometidos, sin desmayo ni excusa.

Honor y Gloria a Jorge Dzazópulos Elgueta en el 48 aniversario de su fallecimiento.

Muchas gracias.

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