Sobre la Segunda

Fundadora de escalas y cuna de mártires

En el corazón de Ñuñoa, un testimonio vivo de valentía y compromiso ha perdurado a lo largo de los años: la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, fundada el 8 de diciembre de 1933. 

DSC09983

En la década del 1930, el Cuerpo de Bomberos de Santiago acudía a todos los incendios que comprendía el gran Santiago de la época. Muchas eran las veces en que los bomberos de dicho Cuerpo no alcanzaban a llegar al siniestro con la prontitud necesaria para controlar el fuego, por las extensas distancias en que se dividían algunos sectores de la capital. Y al llegar al lugar, la casona ardía completamente o simplemente ya estaba reducida a escombros. La necesidad de tener a lo menos una compañía de bomberos en el barrio alto de Santiago era evidente.

La historia ensordecería el llamado de alerta en la conciencia de uno de los habitantes de la comuna: Alberto Ried Silva, distinguido caballero, idealista incansable, pintor, poeta y músico. Recorría una y otra vez los pasillos de su casa, pensando y tramando como hacer realidad sus tantos ideales.

Una pieza fundamental en su sueño, era su gran amigo Manuel Oyanedel, también vecino de la comuna, quienes de tanto conversar y cranear esta loca aventura, llegaron hasta las dependencias del centro asistencial de dicha comuna y encontraron en uno de los boxes de las ambulancias, una bocina de dos sonidos (Conocida como «pa-pi»). Alberto, con su voz de barítono bajo, comentó: «Mira Oyanedel, aquí tenemos la primera pieza de material para fundar el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa». Entusiasmados, caminaron cuadras y cuadras conversando sobre el asunto, para llevar a cabo aquel loco y romántico ideal.

Tiempo después, el Doctor Alejandro González, Director de la Asistencia Pública de Ñuñoa, cedería dos oficinas en el segundo piso del edificio, ubicada en calle Villaseca esquina de Irarrázaval. En el recinto de las ambulancias se harían las instrucciones y posteriormente se guardaría la «Owen Magnetic», primer chasis bomba comprado a Don Gustavo Neveau, voluntario de la 4° Compañía de Santiago.

Paso a paso, y de manera inexorable el 27 de Mayo de 1933, se constituiría la primera Oficialidad para fundar el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa. Con el fin de estructurar la Institución, se llevó a cabo la fundación de la Primera Compañía el 26 de Noviembre de 1933 en la especialidad de “Agua”, y su lema «Unidos Serviremos».

Días mas tarde, con fecha 8 de Diciembre del mismo año, se fundó la Segunda Compañía de especialidad de “Hachas, Escalas y Salvamento”, con su lema creado por uno de sus fundadores Manuel Oyanedel, «La Vida por la Humanidad”.

La necesidad de tener otro vehículo, se vio acrecentada por las reiteradas pannes del Owen Magnetic. Se logró conseguir la donación, gracias a la cooperación de Don Pedro Torres, de un gran coche marca Minerva. El carro era sólido y muy elegante, tipo sedan de cuatro puertas, todo en su interior tapizado de felpa azul.

En víspera ya del traslado al Cuartel de calle Luis Beltrán N°1919 en el año 1934, en donde se constituirían el Cuerpo, la Primera y Segunda Compañías, el carro Minerva llegaría a ese cuartel, destinado a la Segunda Compañía. Se remodeló su carrocería con algunos segundinos, para ser adaptado como el primer carro Portaescalas. Durante ese año se constituye la primera guardia nocturna de la institución.

 

En 1934 El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa concurrió a su primer incendio de proporciones en el sector alto de la Comuna de Ñuñoa. Específicamente en la «Chacra Valparaíso», donde se ubica actualmente la Villa Frei.

Con el tiempo, la Segunda Compañía comenzaba a ser una gran familia. Irían incorporándose vecinos que actualmente aún se mantienen vigente en su filas, en Compañías hermanas o ya desaparecidos, tales como: Victor Celedón, Enrique Guerra, Ricardo Seyler, Nicolás Seyler, Angel García, Jorge Casas Cordero, Eugenio Devia, Hugo Coello, Juan Moya, entre otros.

A fines de los años ’30 y comienzos de los ’40, el Cuerpo organizaba «La semana del Bombero», con el fin de recaudar fondos para modernizar el material mayor, adquirir cotonas de trabajo e implementos para optimizar recursos. Era una semana muy agitada y sacrificada para los tenaces voluntarios ñuñoínos. Todo comenzaba a las 6:30 hrs. de la madrugada cuando tocaba «la Paila» (sirena), y luego todos los voluntarios deberían estar en el Cuartel para recoger un morral con unos emparedados, frutas y una bebida. Luego se dirigían a diferentes lugares estratégicos de la comuna para solicitar la cooperación a los vecinos.

El 26 de abril de 1942, llegaría a la Segunda Compañía el Carro Portaescalas Studebaker, bautizado como «Carro Tobalaba». De elegantes líneas y carrocería, era una de las más completas máquinas en su tipo y en el país. La adquisición de ésta fue gracias a los fondos recaudados en la semana del bombero.

En el año 1947, el 23 de Noviembre específicamente, la Segunda Compañía inaugura su nuevo Cuartel ubicado en Antonio Varas N°2778.

En aquel entonces, las alarmas eran recibidas en el cuartel de Luis Beltrán, por la esposa del cuartelero quien a su vez se comunicaba rápidamente a la planta telefónica de los Guindos al 133 que era el enlace telefónico con la Tercera Compañía. La operadora informaba: » Incendio, Ave María Purísima», y el receptor le respondía: «Sin pecado concebida». Luego la operadora tocaba la sirena de alarma, mientras en el cuartel de la Tercera se comunicaban telefónicamente con el Maquinista, para que viniera a poner en marcha el carro y acudir al siniestro. Se comenzaba a gestar la Central de Alarmas, en la cual destaca el segundino Osvaldo Sánchez, Inspector de Comunicaciones de la época.

El proceso era lento y en muchas ocasiones, era necesaria la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Santiago. A raíz de estas inconveniencias, nacía nuevamente la necesidad de crear otra Compañía en la comuna. Incentivados por esta nueva iniciativa, Eugenio Devia y Jorge Casas Cordero, comenzaron a dar curso a un sueño difícil de hacer realidad, junto a Hugo Coello, Raúl Andrade, Jorge Caro, Hugo y Fernando Galassi, Nicolás Seyler y Enrique Vergara, todos voluntarios de la Segunda Compañía.

Sin embargo, como siempre, las cosas no se dieron de color de rosa, en primera instancia el Directorio de la época les rechazó el proyecto por razones económicas. En esa época se les exigía como mínimo contar con la suma de un millón de pesos. Pero la obstinación de los segundinos los llevó mas allá de lo que esperaban. Apoyados por la Tercera Compañía quienes habían sufrido los mismos inconvenientes, llegaron a contar con la desinteresada y voluntariosa ayuda del club Sirio Palestina, llegando así a ser la Cuarta Compañía fundada el 4 de Agosto de 1952 con el lema «Servir».

En el año 1953 llegaría a la Segunda Compañía un carro que desarticularía la especialidad segundina. Un Carro Químico, marca Mercedes Benz, el cual fue bautizado con el nombre de Juan Moya Morales. Ocasión única en que la Segunda Compañía tendría ambas especialidades; agua y escala.

El 27 de mayo de 1956, el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa cumple 23 años de existencia. Ocasión solemne a raíz de la inauguración del cuartel de la Quinta Compañía. Así quedaban constituidas las iniciales 5 Compañías. La primera reunión de Capitanes se celebró en nuestro Cuartel.

En el año 1958, la Segunda Compañía adquiriría un lujoso y moderno Carro Portaescalas Mercedes Benz. Diseñado por voluntarios de la misma y gracias a las gestiones de Don Enrique Guerra Bagolini. Carro diseñado con especificaciones técnicas apropiadas para la distribución adecuada del material de la especialidad, hacha, escalas y salvamento.

Por primera vez en el país una Compañía de escalas decide apostar por escalas de aluminio, versus las tradicionales escalas de madera. Los procesos de modernización llevaron a que muchas compañías a los largo del país fueran dejando de lado las escalas de madera, para transformar a la escala de aluminio como una herramienta fundamental del combate de incendios y salvamentos.

En virtud del crecimiento potencial de la Comuna y así también del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, vendría la creación de la Sexta Compañía, con la especialidad de Hacha, Escala y Salvamento en el año 1956 y cuyo lema sería «Lealtad y Abnegación».

Algunos días antes de celebrarse los 26 años de existencia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, entre las 11 y las 12:45 horas del domingo 24 de mayo de 1959, se realizó un gran ejercicio de presentación de las Compañías existentes. El acto tuvo lugar en el Aeródromo Eulógio Sánchez.