Emotivo homenaje por los 54 años del fallecimiento del Mártir Luis Bernardín O.

Tal como lo dicta nuestro reglamento, pero aún más importante, tal como lo dicta la memoria y el eterno agradecimiento de un Bombero Segundino, este sábado 1 de Abril nos dimos cita en nuestro Cuartel para recordar la fecha en que uno de los nuestros, inscribe su nombre en la inmortalidad al transformarse en el tercer mártir institucional del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa; nos referimos al Bombero Sr. Luis Bernardín Orellana, fallecido trágicamente el 1 de Abril de 1963 producto de las graves heridas sufridas en el incendio de Madreselvas aquella fatídica noche de Diciembre de 1962.

Así pues, y en una solemne ceremonia, más de 40 Bomberos de la Segunda Compañía se reunieron en nuestra sala de Sesiones para honrar la memoria y recordar la vida de una de las víctimas de la mayor tragedia bomberil de la Historia Ñuñoina.

A cargo de la ceremonia se encontró nuestro Capitán Sr Omar Sánchez Baeza, quien luego de dar la apertura protocolar, dio paso a la Voluntaria Srta. Nicole Oyaneder S., la cual procedió a dar lectura a las copias fidedignas de los libros de Guardia Nocturna y Novedades Diarias del 14 de Diciembre de 1962 y del 1 de Abril de 1963. Fue así que los presentes a esta ceremonia, pudieron escuchar lo que los Bomberos de aquella época, llenos de sentimientos y emociones, plasmaron para la posteridad en aquellas bitácoras del servicio que hoy, a más de 50 años de aquella tragedia, son mudos testigos de la historia más dolorosa de nuestra unidad.

Posterior a esta lectura, se invitó a los presentes a revisar un video creado para esta solemne fecha por el equipo de comunicaciones de nuestra Compañía.

Luis Bernardín Orellana, ingresa a la Segunda Compañía un 17 de Marzo de 1961. Nació el 31 de marzo de 1940, tez morena, 1.81 mts. de estatura aproximadamente. Se desempeñaba como empleado en la industria Ferrobone. Alegre espontáneo y por sobre todo, excelente hijo y cariñoso hermano, solía siempre estar de buen humor y jugar con su hermana menor. Así mismo compartía sus días con su novia Patricia. Luis formaba parte de la Guardia Nocturna en aquel entonces, y como tal, fue parte de la dotación que respondió a la alarma de fuego en industria aquel 14 de Diciembre de 1962. Luis estaba en el lugar, cumpliendo con su trabajo de bombero de escalas, en la remoción de escombros, salió del lugar como una llama de fuego. Sus amigos que lo vieron todo envuelto en llamas, se arrojaron encima de él para sofocar su ardor. Fue llevado de urgencia a un Centro Asistencial, donde se le pronosticó quemaduras en el 75% de su cuerpo.

Pero la fortaleza de Luis era invencible, más tarde fue trasladado al Hospital Militar para su tratamiento de recuperación, junto a otro Voluntario Segundino Sergio Riquelme, quien había sufrido también quemaduras en un 90% de su cuerpo.

Luis estuvo internado casi 4 meses en el tratamiento de sus quemaduras, se estaba rehabilitando y su recuperación lenta y dolorosa, indicaba que muy luego estaría nuevamente junto a su familia, polola y amigos de bomba. Sin embargo Dios quiso lo contrario. El 1° de abril de 1963, al día siguiente de cumplir sus 23 años, Luis Bernardín Orellana partiría en compañía de sus hermanos segundinos caídos la fatídica noche del 14 de diciembre de 1962.

Inscribía su nombre en la inmortalidad.


En recuerdo a aquel hombre que sacrificó su vida en pro del ideal voluntariamente impuesto, nuestra Guardia Nocturna lleva su nombre, como sempiterno homenaje a aquel caballero del fuego que un 14 de Diciembre salió de los aposentos de esta y volvió inscrito en el libro del martirologio de la Segunda Compañía, cuna de mártires.

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