El pasado sábado 27 de mayo, el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa se vistió nuevamente de gala para conmemorar su octogésimo cuarto aniversario.
Las actividades de celebración comenzaron en Cuartel General, ubicado en la avenida Macul, con la tradicional sesión solemne con la cual, el H. Directorio de la Institución, rindió sentido homenaje a sus fundadores y mártires.
En un sentido discurso, el Director de Nuestra compañía, homenajeó a los caídos de la segunda y del Cuerpo en el cumplimiento del deber (En esta nota se publica en extenso el mencionado discurso).
Siendo las 19:00 hrs. Las compañías vistiendo rigurosa tenida de gala, se dieron cita en las Av. Irarrazaval y Macul para, en la plaza Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, entregar un tributo a aquellos que sembraron la semilla de nuestra institución y a aquellos que dieron “La Vida por la Humanidad”.
En un gallardo desfile por la avenida Irarrázaval, la institución toda avanzó hacia el Teatro Municipal de Ñuñoa para la tradicional ceremonia de entrega de Premios de Asistencia y constancia.
Al término de la ceremonia, los más de 70 Segundinas y Segundinos se dieron cita en nuestro cuartel para celebrar en familia este nuevo aniversario Institucional.
Discurso del Director de la Segunda Compañía en Honor a los Mártires Institucionales
Estimados Oficiales Generales, Oficiales de Compañía, Voluntarias y Voluntarios, amigos del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
Hoy nos encontramos reunidos, una vez más, para conmemorar la gesta fundacional de nuestra institución; Hoy, de la misma forma que aquellos visionarios caballeros, 84 años después nos encontramos codo a codo, para celebrar la obra de aquel soñador Bombero, de nuestro sempiterno Comandante Alberto Ried Silva, el cual plantara la semilla aquel lluvioso otoño de 1933 de nuestro noble y ya casi centenario cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
Es así que, ad portas de iniciar la marcha hacia nuestra Ceremonia de entrega de premios, tenemos la obligación, y la histórica responsabilidad, de recordar a los nuestros.
Si miran a vuestro alrededor, veremos antiguos cuadros con la severa figura de muchos de los nuestros; antecesores que pusieron su alma y su corazón en hacer grande aquella empresa que iniciara nuestro Comandante Ried; hombres que se ganaron el derecho histórico a observar cada una de nuestras decisiones, y de recordarnos, cada vez que los miramos, que nuestra misión va más allá del simple hecho de estar, sino por el contrario, al igual que ellos, debemos luchar por hacer trascender este noble Cuerpo de Bomberos.
Y si nuevamente observamos con atención, nos daremos cuenta que dentro de estos nobles y antiguos rostros resaltan cuatro distintos al resto; cuatro jóvenes que, sin las medallas propias de los años de servicio colgadas en sus uniformes, miran con orgullo desde el sitial que la historia, muchas veces trágica, los colocó.
La historia es por todos conocida, el destino se confabuló aquella noche de primavera de 1962 para darle un zarpazo al otrora juvenil Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, y, con lágrimas en los ojos, hacerlos pasar a la adultez. Los más ancianos dicen que los golpes hacen crecer y madurar….cuanta razón y cuanta sabiduría tienen los más antiguos….aquel 14 de Diciembre de 1962 los Bomberos Ñuñoinos de seguro crecieron y, ya nada fue como antes. Trágico destino, que se repitió en abril de 1963 arrebatándonos a uno más de los nuestros, y peor aún, dando otro duro golpe 10 años después, viendo cómo la vida de un cuarto joven se iba de este mundo rodeado de sus camaradas de ideal, quienes con lágrimas en los ojos aún no entendían, y de seguro no entienden, por qué el ensañamiento con esta bomba de escalas….
Con orgullo les podría entregar muchos datos de esta historia. Les podría contar, por ejemplo, que a las 00:05 hrs del día 14 de Diciembre de 1962, nuestro antiguo portaescalas era despachado a un incendio en las intersecciones de Av. Madreselvas con Macul, que la estructura siniestrada se trataba de una fábrica de artículos para calzados de nombre Artical y que las seis compañías existentes en esa época, al mando del visionario hombre de escalas, Comandante Sr. Enrique Guerra Bagolini, lucharon por controlar aquel infierno, en donde se mezclaban materiales comunes y corrientes con líquidos inflamables desconocidos por nuestros antiguos, los cuales con cotona de cuero y toalla para combatir al común enemigo, luchaban como uno solo contra la bestia desatada;
Les podría contar con congoja y tristeza que, mientras estos esforzados hombres removían los aún restos humeantes para finalizar su labor, una explosión envuelve nuevamente en llamas la industria y lo que es peor, a los nuestros, dejando a varios atrapados entre las llamas, los cuales a riesgo de la vida fueron rescatados por sus hermanos;
Podría, con el corazón en la mano, contarles a cada uno de Ustedes que en esta trágica explosión una decena de bomberos, de diversas Compañías quedaron heridos de gravedad, y, lo que es aún peor, dos de los nuestros fallecen entre las llamas; me refiero a los jóvenes Bomberos Sres. Silvio Guerrero Mutinelli y Jorge Batiste Aleu, los cuales abren el trágico libro del martirologio Ñuñoino que con sangre y fuego inauguran estos dos segundinos;
Les podría relatar también que en esta explosión cae herido de gravedad el Bombero Sr. Luis Bernardin Orellana, el cual luchó por casi cuatro meses por su vida y que lamentablemente el 1 de Abril de 1963, un día después de su cumpleaños número 23, pasa a engrosar aquella fatídica nómina de los Bomberos Ñuñoinos que cumplieron el lema creado en 1933 por el bombero Sr. Manuel Oyanedel…dar la vida por la humanidad;
De esta misma forma, no podría dejar de contarles que casi 10 años después, específicamente un 8 de Septiembre de 1973, nuevamente los estandartes se enlutan para despedir a un cuarto Bombero caído trágicamente en cumplimiento del deber, me refiero al Voluntario Sr. Jorge Dzazópuloz Elgueta, quien víctima de un trágico accidente, fallece aplastado por nuestro portaescalas, inscribiendo su nombre en el memorial de los inmortales…….
……. En fin, hoy les podría relatar cientos de datos, nombres y estadísticas, pero creo sinceramente que no sería justo; muy probablemente, víctima de los deseos de entregar lo mejor de mí en este relato, omitiría sin intención a más de algún nombre, fecha u hora, que sin duda merecería ser nombrado. Por lo demás, creo que en la posición que hoy me encuentro, es menester y necesario dar otra visión, la muchas veces olvidada, y que más que fríos números y estadísticas representa el sentimiento de aquellos bravos hombres que, cuando casi ninguno de nosotros estaba en este mundo, ellos ya luchaban contra el fiero enemigo, supliendo con coraje y compromiso, las falencias técnicas y de seguridad propias de aquella romántica época de los sesenta y los setenta.
Quiero invitarlos a retrotraernos en el tiempo, a imaginarnos presentes en esa angosta calle de Madreselva iluminada por esa hoguera infernal que mezclaba químicos con sueños rotos….quiero que intentemos por un segundo estar en la posición de nuestro Comandante Guerra, el cual vio caer a dos de los suyos y siguió a pesar de eso al mando de la emergencia, porque el servicio prima por sobre todas las cosas…..quiero que imaginemos por un minuto lo que debe haber sentido nuestro fundador, hombre de letras y como todo artista, con una sensibilidad especial, al ver que su sueño de crear un cuerpo de Bomberos, tenía a sus primeras víctimas del deber…..por último, quiero que viajemos en el tiempo e imaginemos a cada uno de esos segundinos, los cuales a pesar del noble ofrecimiento del mando de retirarse del lugar después del accidente, debido a lo afectado que de seguro se encontraban cada uno de ellos, al ver morir a dos de los suyos, no lo aceptaron, siendo el portaescalas de la segunda el último carro en retirarse del lugar….que gesto más noble de homenajear a los caídos cumpliendo nuestro deber…
En esta posición que me pusieron mis pares, orgulloso Director de la Segunda Compañía, cuna de mártires, los invito nuevamente a observar con atención los rostros de nuestros camaradas Mártires de la institución.
Los invito primeramente a mirar a Jorge Batiste Aleu: Joven de tan solo 17 años, que refleja en su sereno rostro el ímpetu y la entrega de cada uno de nuestros jóvenes bomberos y que ha caracterizado desde siempre al bomberismo Ñuñoino; ahora por favor tornemos la vista al rostro de Silvio Guerrero Mutinelli, ex capitán de la Segunda y Voluntario Honorario al momento de su fallecimiento, el cual demuestra que el espíritu de servir va más allá de nuestra antigüedad, y que los años de servicio, más que mermar nuestra capacidad y entrega, la hacen madurar en pro de este ideal voluntariamente adquirido. Por favor contemplemos ahora el retrato de Luis Bernardin Orellana, trabajador y Guardián Nocturno, quien aquella noche tripula desde su guardia Nocturna sin saber que éste sería su último llamado en compañía de los suyos y que hoy refleja el muchas veces anónimo esfuerzo de cada uno de nuestros Guardianes, los cuales sin importar su cansancio entregan horas de su sueño y su descanso con el fin de velar por nuestra comunidad. Por último, pero no menos importante, los llamó a contemplar el rostro de Jorge Dzazopuloz Elgueta, estudiante universitario, el cual con un promisorio futuro abrazó esta hermosa vocación de servir, cumpliendo el juramento de dar hasta la vida si fuese necesario.
Cuatro hombres; cuatro Bomberos….cuatro hijos, padres, hermanos….cuatro Mártires que se enfrentaron a su destino y que respondieron con valentía al llamado de éste. Hoy, en el día del aniversario de nuestro Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, no podemos conmemorar con júbilo y alegría sin antes recordar la entrega y sacrificio de 4 de los nuestros.
Señores Oficiales Generales, autoridades presentes, bomberos todos….. Como Director de la Segunda Compañía no puedo estar más orgulloso de estar hoy, frente a Ustedes, y recordar en esta fecha tan especial a estos pilares fundamentales de la historia de nuestra institución, créanme que como bombero y por sobre todo como segundino no me puedo sentir más tranquilo y feliz al saber que el sacrificio de 4 de los nuestros no fue en vano, y que, por el contrario, su recuerdo permanece perenne en cada uno de los que abraza con ahínco el casco con una letra Ñ.
…..Silvio, Jorge, Luis y Jorge, ustedes junto con nuestros fundadores son el fanal que nos ilumina con su ejemplo; ustedes, desde el cuartel celestial, velan por que su institución, por la cual llegaron hasta el holocausto máximo de entregar la vida, no caiga en mezquindades ni pequeñeces…..tengan la seguridad que nosotros sabremos cumplir con nuestro deber.
Voluntarios Mártires del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa y segundinos Sres. Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana, Jorge Dzazopuloz Elgueta, hoy más que nunca….
Presentes, Muertos en acto de servicio
Nuestros agradecimientos a Oscar Alberto Rubio Ávila por sus fotografías