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91 años del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa

El sábado 27 de mayo de 1933, día frío y lluvioso, con calles semioscuras y semidesiertas, un grupo de vecinos, con sus largos abrigos, sombreros y paraguas, llegó a las dependencias de la Asistencia Pública de Ñuñoa (Posta 4), y se dio por fundar el Cuerpo de Bomberos de la comuna.
Ese año el país venía saliendo de situaciones convulsas y ese día, por ejemplo, se creó la Asociación Santiago, primera institución profesional del fútbol chileno, originándose el primer Campeonato de Apertura Nacional, donde participaron siete clubes fundadores: Unión Española, Colo-Colo, Bádminton, Áudax Italiano, Green Cross, Morning Star, Magallanes y Santiago Nacional. Ese año hubo un terremoto en la zona norte del país, se fundó la Policía de Investigaciones, el Partido Socialista, Chile adhirió al “Tratado Antibélico de no Agresión y de Conciliación”, y la comuna de Ñuñoa se consolidaba como una de las zonas importantes de la capital chilena con la instalación de comercio, servicios públicos, entidades como el Hospital de Carabineros, escuelas y continuidad de actividades agrícolas.

En la década de los 30 del siglo pasado existían en el país 23 Cuerpos de Bomberos, en 1933 nacía el CBÑ y en 1936 el Cuerpo de Bomberos de Puente Alto. Se podría decir que la génesis de aquel encuentro del 27 de mayo de 1933 se dio el 24 de abril del mismo año, cuando estalló un incendio en calle San Gregorio, a pocos metros de la avenida José Domingo Cañas, siendo testigo del incidente el intelectual, diplomático, hombre público y Bombero (Quinta Compañía, “Bomba Arturo Prat”, del CBS), Alberto Ried Silva, quien impactado por el episodio, viendo la demora (por la distancia) de las Compañías del Cuerpo de Bomberos de Santiago, se decidió a fundar un Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa “que con el correr del tiempo, prestará incalculables servicios a la población”.

Como sea, el 27 de mayo se reunió el grupo de vecinos ñuñoinos, liderado por Ried Silva y acordaron fundar el CBÑ. Partía una historia que este 2024 cumple 91 años. Entre los fundadores estaban destacados ciudadanos como Joaquín Santa Cruz, Carlos Silva Vildósola, Alejandro González (quien facilitó las dependencias de la Asistencia Pública), Osvaldo Larraín Larrañaga, y muy pronto se sumarían Juan Moya Morales, Heberto Valencia, Fanor Velasco, Claudio Herrera, Horacio Echegoyen, Jorge Vélez y Mario González, entre otros. Santa Cruz fue el primer Superintendente y Ried el primer Comandante.

A diferencia del nacimiento de otras instituciones bomberiles, el CBÑ surgió como “Cuerpo-Compañía”, es decir, sin unidades específicas, hasta que en noviembre de 1933 se decidió crear dos Compañías, una de Agua y otra de Escalas: así, el 26 de ese mes nació la Primera Compañía y el 8 de diciembre de ese año, la Segunda Compañía. Se hicieron gestiones y se instaló el primer Cuartel en calle Luis Beltrán 1919, un inmueble arrendado. Los primeros Carros fueron el “Thyron Owen Magnetic” de agua, de
la Primera, y el vehículo “Minerva”, cuyos chasis se convirtió en portaescalas de la Segunda Compañía. Al año siguiente ya funcionaba una modesta Guardia Nocturna. A fines de 1933 de efectuó el primer Ejercicio del Cuerpo.

Entre octubre de 1943, hasta diciembre de 1974, se fundaron la Tercera, Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima y Octava Compañías. A mediados de los setenta se adoptó una decisión institucional y el Cuerpo de Bomberos de La Florida y sus tres Compañías pasaron a formar parte del CBÑ, convirtiéndose en la Novena, Décima y Undécima.
El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, como toda Institución bomberil, desde su nacimiento fue impactado y enmarcado en acontecimientos de la vida nacional, de todo tipo. Desde su surgimiento le tocó asumir emergencias ante desastres naturales como los terremotos de 1958, 1965, 1971, 1985, 1997, 2010, 2012, 2015 que afectaron a la Región Metropolitana y específicamente a las comunas que cubre el CBÑ; los aluviones de 1987, 1993, 2009, 2013; pandemias o situaciones sanitarias críticas (1933, influenza),
hantavirus (1990-2001), listeriosis (2008 a 2009) y Covid-19 (2020 a la fecha); grandes incendios de fábricas, bodegas, poblaciones, recintos militares, escuelas, casas, barracas, forestales. Episodios históricos en la vida social, política e institucional como la primera vez que las mujeres chilenas pudieron votar (1935), ruptura de relaciones con Alemania y Japón en medio de la Segunda Guerra Mundial (1945), golpe de Estado (1973), tensión y peligro de guerra con Argentina (1978), avance de la reforma penal procesal (2005), y estallido social (2019) que gravitaron en la actividad y funcionamiento de Bomberos.


Desde sus inicios el CBÑ marcó ciertas pautas técnicas y de desarrollo, como la creación de una Central de Alarmas y uso de equipos de comunicaciones en los Carros, la Caja de Socorro para atender Bomberos accidentados, creación de la Comisión de Estudios, la traída de escalas de aluminio, Carros con alta presión, desarrollo de cursos técnicos y Cursos de Aspirantes, y en décadas recientes, potenciamiento de Rescate Vehicular, Rescate Urbano, Rescate en Aguas Torrentosas, Incendios y Búsqueda y Rescate en Edificios de Altura, Salvamentos de complejidad con trabajo de cuerdas, Haz Mat o Materiales Peligrosos, instalación de Grupo USAR, y nuevos procedimientos en combates de incendios.


Es insoslayable en la historia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa la tragedia producida cuando Bomberos ñuñoinos fallecieron en Actos del Servicio, convirtiéndose en Mártires de la Institución. Es el caso de Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu y Luis Bernardin Orellana, muertos a consecuencia de una explosión producida en una fábrica en calle Madreselvas, de la ahora Comuna de Macul, en el desarrollo de un siniestro de proporciones. El cuarto Mártir institucional es Jorge Dzazópulos Elgueta, fallecido por las graves lesiones sufridas en la Sala de Máquinas cuando el carro portaescalas salía hacia una alarma. Los cuatro eran Voluntarios de la Segunda Compañía.
A lo largo de estos 91 años hubo hitos en el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa como el surgimiento de las Brigadas Juveniles, la incorporación de mujeres a sus filas, el desarrollo de una poderosa Central de Telecomunicaciones y Alarmas, la creación de la Unidad Simbólica 1919 que luego pasó a denominarse “Director Honorario Heberto Valencia Guevara”.

Bomberos del CBÑ gravitaron en la fundación de la Junta Nacional de Bomberos, hoy Bomberos de Chile, y de la Academia Nacional de Bomberos, donde cumplió un rol determinante el Superintendente Octavio Hinzpeter, quien fuese electo como primer presidente de la Junta Coordinadora, y luego precursor de la creación y fundación de la Academia Nacional.

Es inmensa y robusta la lista de acontecimientos y datos relacionados con el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, que atiende en un área de alrededor de 180 kilómetros cuadrados, cubriendo una población de más de 1 millón de personas, con 11 Compañías preparadas para diversidad de emergencias.

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