Al mando de nuestro Capitán Sr. Oscar Vargas H., y tal como lo norma nuestro reglamento, pero por sobre todo, tal como lo dicta nuestra tradición, la Segunda Compañía se vistió de gala para rendir sincero homenaje a nuestro tercer Mártir, Sr. Luis Bernardin Orellana, caído trágicamente el 1 de Abril de 1963 productos de las graves quemaduras sufridas en el fatídico incendio de Madreselvas esquina Macul, aquella aciaga noche de 1962.
Así pues, en correcta formación, y con su estandarte eternamente enlutado a la cabeza, nos dimos cita en la necrópolis principal de nuestra Capital para dirigirnos en romería al mausoleo institucional, lugar donde descansan los restos mortales de los grandes hombres de la historia bomberil Ñuñoina, en los cuales destacan los cuatro mártires institucionales.
En el frontis de esta morada eterna, los segundinos rindieron los respectivos honores a quien en vida fuera un gran bombero y Guardián Nocturno, recordado por su alegría y sus eternas ganas de vivir.
“La muerte nos arrebato a uno de los nuestros, y la Segunda…fundadora de escalas y cuna de mártires, enluto nuevamente sus gallardetes institucionales; Esa noche de Abril de 1963, 5 jóvenes lloraron desconsolados al ver esa cama vacía, en aquella Guardia que fue el último reducto que vio partir al servicio a Luis, y que hoy, como eterno homenaje, lleva su nombre para la inmortalidad”
En el camposanto hizo uso de la palabra la Voluntaria Activa de nuestra Unidad, Srta. Javiera González, quien, desde su visión de nobel bombero, recordó a los presentes el peso histórico de ser parte de la única Compañía de la institución que tiene el triste orgullo de poseer cuatro bomberos caídos en el cumplimiento del deber Voluntariamente impuesto
En esta oportunidad, también contamos con la presencia de Oficiales de la Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Rancagua y, como ya es costumbre, con familiares de nuestro Bombero mártir, los cuales, también hicieron uso de la palabra para agradecer a nuestra Unidad por tan significativo homenaje.
También hizo uso de la palabra, en representación de nuestra Compañía, Su Director Sr. Cristian Miranda Gálvez, con un emotivo discurso, el cual sin duda caló hondo en cada uno de los presentes y que reproducimos a cabalidad a continuación
“Hoy 1 de abril de 2018, nos reunimos fraternalmente para conmemorar la tragedia de ver partir a uno de los nuestros… nos reunimos por la memoria del tercero de los segundinos que, víctima de las graves quemaduras provocadas en la conocida tragedia de madreselvas, sucumbe cuatro meses después, un día como hoy hace ya 55 años en el hospital militar, enlutando nuevamente los corazones y los gallardetes de este Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, después de conocer la partida de sus hermanos de ideal Silvio Guerrero y jorge Bastitste.
Luis Bernardín Orellana Ingresó a la Segunda Compañía el 17 de marzo de 1961. Hombre Abnegado, disciplinado y amigo de sus compañeros de Bomba. Guardián nocturno de tomo y lomo, pernoctaba todas las noches en la segunda de sus amores. Con responsabilidad sin igual, sin saber que esta importante y necesaria dependencia bomberil llevaría posteriormente su nombre grabada a fuego en el alma de cada guardián nocturno hasta nuestros días.
Luis nació el 31 de marzo de 1940, tez morena, 1.81 mts. de estatura. Se desempeñaba como empleado en la industria Ferrobone. Alegre espontáneo y por sobre todo, excelente hijo y cariñoso hermano y muy amigo de todos.
El incendio de Madreselvas del 14 de diciembre de 1962, alejaría a Luis de los seres que más amaba en el mundo. En el momento de la explosión de los tambores inflamables, Luis estaba en el lugar, cumpliendo con su trabajo de bombero de escalas, en la remoción de escombros. Producida la fatal explosión, salió del lugar envuelto en llamas, siendo sus compañeron los que se arrojaron sin dudar encima de él para sofocar su ardor. Fue llevado de urgencia a un Centro Asistencial, donde se le pronosticó quemaduras en el 75% de su cuerpo.
Pero la fortaleza de Luis era invencible. Más tarde fue trasladado al Hospital Militar para su tratamiento de recuperación, junto a otro Voluntario Segundino, don Sergio Riquelme, quien nos acompaña hasta el dia de hoy y que había sufrido también quemaduras en un 90% de su cuerpo. Ambos resistieron como hermanos de sangre dando todo por sobrevivir a ese infierno en vida.
Luis estuvo internado casi 4 meses en el tratamiento de sus quemaduras, se estaba rehabilitando y su recuperación lenta y dolorosa, indicaba que muy luego estaría nuevamente junto a su familia, polola y amigos de bomba. Sin embargo el destino y una complicada infección intrahospitalaria quisieron lo contrario.
El 1° de abril de 1963, al día siguiente de cumplir sus 23 años, Luis Bernardín Orellana partiría en compañía de sus hermanos segundinos caídos la fatídica noche del 14 de diciembre de 1962.
Hoy, por Luis Bernardin Orellana, por Silvio Guerrero Mutinelli, por Jorge Batiste Aleu y por Jorge Dzazopulos Elgueta… por los cuatro hombres de escala que murieron en servicio para renacer en la inmortalidad, por nuestros viejos que nunca nos han dejado de acompañar y por nuestros fundadores que, junto a nuestros mártires, miran desde el más allá orgullosos de que sus hijos sigan con el mismo espíritu que hizo crecer a nuestra institución, juremos solemnemente mantener en alto nuestro Cuerpo de Bomberos, nuestra institución… porque nuestra Comunidad se lo merece, porque nuestros mártires lo esperan….
Luis …eterno fanal que ilumina el camino de este grupo de mujeres y hombres honestos, ten seguridad que tu sacrificio no fue en vano…. Que tu entrega será recordada generación por generación y que tu ejemplo será la guía permanente de los bomberos Ñuñoinos.
Hermano de ideal, Luis Bernardín Orellana. Hoy te vinimos a saludar junto a tu familia en el mausoleo institucional, porque te queremos, respetamos y extrañamos Y porque en el alma de todos los segundinos estarás siempre presente.
Luis Bernardín Orellana, descansa siempre en paz y en nuestros corazones.”
Las tradiciones, heredadas de generación en generación, son uno de los pilares fundamentales en el desarrollo histórico de una institución como la nuestra; así pues, el recuerdo eterno y permanente de aquellos que escribieron con sangre y fuego la historia Segundina, es algo que la Segunda jamás dejara de hacer…porque ellos cumplieron nuestro lema, y con su sacrificio dieron vida a aquella potente frase, “La Vida Por la Humanidad”.
Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernarnin Orella y Jorge Dzazopuloz Elgueta, hoy y siempre, PRESENTES, MUERTOS EN ACTO DE SERVICIO.
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