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En recuerdo de los Mártires

Este 14 de diciembre se cumplen 62 años de la muerte en Acto de Servicio de los Mártires de la Institución, Sylvio Guerrero Mutinelli y Jorge Batiste Aleu, integrantes de la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, “La Vida por la Humanidad”.

Ambos fallecieron al producirse una explosión en una fábrica en la calle Madreselvas, de la actual comuna de Macul, cuando se realizaban tareas de remoción de un Incendio declarado en ese lugar, el 14 de diciembre de 1962. A la alarma asistieron las siete Compañías que en esa fecha conformaban el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Guerrero Mutinelli y Batiste Aleu, murieron en el lugar, en los instantes de la explosión. Gravemente herido, el 1 de abril de 1963 fallecería el Voluntario Luis Bernardin Orellana, también de la Segunda Compañía, convirtiéndose en el tercer Mártir del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Sylvio Guerrero Mutinelli nació en Santiago, el 18 de enero de 1931, hijo de Absalón Guerrero y Lucía Mutinelli. Casado con Sonia, con quien tuvo una hija, Rossana. Trabajaba en la Imprenta de su padre como impresor. Tez morena, medía 1.68 y pesaba 66 kilos aproximadamente. Ingresó a la Segunda Compañía de Bomberos el 29 de Diciembre de 1952. Tenía 33 años al momento de su muerte. Actualmente, la Capitanía y la Guardia Nocturna de la Segunda Compañía llevan su nombre, al haber sido él Capitán e integrante de la Guardia.

Jorge Batiste Aleu Nació en Santiago el 12 de abril de 1945, hijo menor de la familia formada por Ramón Batiste Castellanos, Teresa Aleu Casas y su hermano Ramón Eduardo de 18 años, quien también era Voluntario de la Segunda Compañía. De 1.75 de estatura, personalidad serena y se distinguía por su espíritu de trabajo en la institución. Estudiaba el tercer año de humanidades en el Liceo 7 de Ñuñoa, su hobby eran los animales. En su casa tenía crianza de canarios y conejos. De escasos 17 años de edad y a un mes de su ingreso a la Compañía el 8 de noviembre de 1962, pasó a ser el Mártir más joven de los Cuerpos de Bomberos de Chile. Actualmente la Brigada Juvenil de la Segunda Compañía lleva su nombre

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Emotiva y entusiasta celebración de los 91 años de la Segunda Compañía

Este 8 de diciembre de 2024 se celebró el 91 aniversario de la fundación de la Segunda Compañía, “La Vida por la Humanidad”, del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Las actividades comenzaron el sábado 7 de diciembre con el tradicional “esperando el ocho”, en que decenas de segundinas y segundinos participaron en una convivencia, con asado, bebestibles, música y buena conversación, para a las cero horas hacer sonar las sirenas de  los Carros y salir al frontis del Cuartel y, como es tradicional, darse el abrazo segundino entre Voluntarios y Voluntarias, celebrando otro feliz cumpleaños de la Segunda Compañía.

El domingo 8 de diciembre, fecha tradicional y fundamental en la historia segundina, se realizó la Sesión Solemne por los 91 años, presidida por el Director, Cristóbal Morales Ravest y al mando del Capitán, Raymi Ugas Ayala, y que se inició con la colocación de una ofrenda floral en la Piedra de los Mártires, Sylvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana y Jorge Dzazópulos Elgueta.

Luego de la Sesión Solemne hubo un coctel de camaradería en que participaron familiares de miembros de la Compañía, integrantes de la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu” y Oficiales y Voluntarias y Voluntarios.

Como es costumbre, se leyó el Acta de Fundación de la Segunda Compañía, lectura que hizo un Voluntario de último ingreso, en este caso, Mario Torrejón.

En la actividad oficial se hicieron entrega de premios y reconocimientos. Con alegría y un alto reconocimiento se otorgó el Premio por 65 Años de Servicio al Voluntario Honorario y Miembro Honorario de la Institución, Héctor Moncada, el cual le fue entregado en su domicilio en la comuna de Algarrobo durante la semana anterior a la Sesión Solemne. El Consejero de Disciplina, Julio Morales Marengo, se hizo acreedor del Premio por 45 Años de Servicio. Un momento emotivo fue la entrega del Premio por 30 Años de Servicio al Voluntario Honorario Esteban Tejo Cavalieri, quien de esta manera pasará a ser Miembro Honorario del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa. El 4º Comandante, Oscar Vargas Höger, y el Capitán, Raymi Ugas Ayala, recibieron el Premio por 20 Años de Servicio. También por 20 años, Teniente 2º Israel Valdés Lara, la Consejera de Disciplina Saida Pollak Donoso, y los Voluntarios Esaú Otero Reyes y Javier Lobo Boric.

Recibieron sus Premios por 15 Años de Servicio y pasan a ser Voluntarios Honorarios, el Tesorero, Gastón Sandoval Jara, el Ayudante General Ignacio Pacheco López, y los Voluntarios Miguel Hernández y Felipe Soto Vásquez. Premio por 10 Años de Servicio lo recibieron la Ayudante General, Jeannette Tapia Retamal, Maquinista Natalia Lee Ríos, Voluntaria Pamela Tapia Retamal, y Voluntario Esteban Troncoso Vilches. Por 5 Años de Servicio recibieron sus Premios las Ayudantes Catalina Silva Campos y Javiera Innocenti Burgos, los Voluntarios Vicente Meza Sepúlveda, Matías Beltrán Cornejo, Tomás Zavala Herrera y Voluntaria Daniela de la Cerda Paredes.

Hubo entrega de otros premios. Al Equipo de Voluntarios Honorarios, al mando del Teniente 1º Felipe Olguín Baeza, por ganar la Competencia Interna “Guardia Nocturna Luis Bernardin Orellana”; al Mejor Subidor, recibido por el Voluntario Honorario Diego Acuña Gómez; Premio de Asistencia “Capitán Manuel Fuentes Ramírez”, fue obtenido por el Capitán, Raymi Ugas y el Premio de Asistencia de Honorarios, obtenido por el Voluntario Honorario, Esaú Otero. El segundo Premio de Asistencia fue para el Voluntario Vicente Romo y el tercer Premio de Asistencia para la Ayudante Catalina Silva. El segundo premio de Mejor Subidor fue para el Teniente Sergio Reyes y el tercer premio de Mejor Subidor para el Voluntario Felipe Gálvez.

Por el 91 aniversario llegaron las cartas, a nombre del Cuerpo, del Superintendente Gabriel Moya y el Secretario General, Roberto Sepúlveda, de las otras 10 Compañías del CBÑ y de la Unidad Simbólica “Director Honorario Heberto Valencia Guevara”.

En la actividad, el Secretario de la Compañía, Marco Subercaseaux, leyó la Memoria Anual, y el Director, Cristóbal Morales, hizo referencia a la historia y la mirada de futuro de la Segunda Compañía.

Como siempre, al pasar lista y evocar la historia segundina, hubo un homenaje a los Mártires Sylvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana y Jorfe Dzazópulos Elgueta.

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Competencia Interna 2024

Equipo de Voluntarios Honorarios ganó Competencia Interna “Luis Bernardin Orellana”

El pasado 17 de noviembre se efectuó la tradicional Competencia Interna “Guardia Nocturna Luis Bernardin Orellana”, de la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, con una alta y destacada participación de Oficiales y Voluntarias y Voluntarios.

La competencia lleva el nombre del Mártir Luis Bernardin Orellana y contempla la participación de dos equipos, uno de los Voluntarios Honorarios y otro de los Voluntarios Activos.En base a los tiempos registrados se decretó ganador al equipo de los Voluntarios Honorarios, liderado por el Teniente Primero, Felipe Olguín Baeza. La Capitanía, a través de una Orden del Día, expresó “sus más sinceras felicitaciones por el éxito alcanzado a los Oficiales y Voluntarios integrantes del equipo ganador de nuestra Competencia Interna “Guardia Nocturna Luis Bernardin Orellana” quienes demostraron un alto grado de preparación y destreza”.

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“Medalla Germán Tenderini” a tres destacados Bomberos Ñuñoinos

La Gran Logia de Chile Jurisdicción Ñuñoa-Macul, entregó la “Medalla Germán Tenderini y Vacca” a los Miembros Honorarios del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, Estaban Gascón Osorio, de la Segunda Compañía, Oscar Quinteros Chacón, de la Cuarta Compañía, y Sebastián Olave Cortés, de la Séptima Compañía, en virtud de sus destacadas trayectorias en la Institución y como un reconocimiento a su abnegada labor bomberil.

La ceremonia de entrega de los respectivos diplomas y medallas se realizó el pasado viernes 25 de octubre en la sede de la Gran Logia Ñuñoa-Macul en la avenida Exequiel Fernández, y fue presidida por el señor Héctor Puga Garrido, Gran Delegado Jurisdiccional del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Jurisdicción Ñuñoa-Macul, acompañado en la testera por el Secretario General del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, Roberto Sepúlveda, y los señores Directores de la Segunda, Cuarta y Séptima Compañía, Cristóbal Morales Ravest, Patricio Cumsille Carreño y Antonio Cartagena Campos, respectivamente. Participaron de la actividad miembros de la entidad masónica y Oficiales y Voluntarios de las Compañías de los Bomberos premiados.

El premio lleva el nombre de Germán Tenderini que era miembro de la Sexta Compañía del CBS, “Salvadores y Guardias de Propiedad”,  e integrante de la Logia Justicia y Libertad, también formó en la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, “Cristóforo Colombo” y mostró su vocación social al participar en la Sociedad de Artesanos La Unión, en el Club de Obreros y el Club de la Reforma.

Alejandro Labarca Coopman, Venerable Maestro de la Respetable Logia “Luz de Ñuñoa” N° 224, señaló que “nos hemos reunido para rendir un merecido homenaje a una Institución emblemática y respetable, que representa los más altos valores filantrópicos. Una Institución que encarna el honor y la lealtad a la palabra empeñada, y que es orgullo nacional por su vocación de servicio a la comunidad”.

Indicó que “las Respetables Logias de nuestra jurisdicción -seis en Ñuñoa y dos en Macul-, profundamente arraigadas en ambas comunas, desean rendir conjuntamente este sentido homenaje al Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, fundado un 27 de mayo de 1933, y que ha conservado hasta nuestros días su noble misión de proteger y servir a la comunidad”.

Alejandro Labarca hizo una referencia de la historia de los Bomberos y particularmente respecto a los sucesos que rodearon la fundación del CBÑ bajo el liderazgo y empuje de hombres como Alberto Ried Silva, Alfredo Santa María y Joaquín Santa Cruz, y relevó que “los hombres y mujeres que lo componen han demostrado un compromiso inquebrantable con el bienestar de la comunidad, enfrentando peligros y desafíos con valentía y dedicación”.

Destacó que “los valores que encontramos en el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa son compartidos en nuestra tradición masónica: la idea de trabajar en conjunto por el bien común, promover la solidaridad, la ayuda mutua y el crecimiento personal”. Finalizó así su discurso: “Gracias, muy respetable Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, por ser un ejemplo vivo de los valores más nobles y por proteger nuestra seguridad con honor y lealtad. ¡Gracias, Caballeros del Fuego!”.

En un momento de solemnidad, Héctor Puga Garrido, Gran Delegado Jurisdiccional del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Jurisdicción Ñuñoa-Macul, acompañado de los señores Directores de la Segunda, Cuarta y Séptima Compañías, fue haciendo entrega de su medalla y diploma a cada uno de los galardonados, junto a los emblemas patrio, masónico y del CBÑ.

El Secretario General del CBÑ, Roberto Sepúlveda, reseñó la trayectoria de los Bomberos Ñuñoinos premiados y agradeció el gesto de la Gran Logia de Chile, Jurisdicción Ñuñoa-Macul, al otorgar  el reconocimiento a Voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Indicó que “‘La Vida por la Humanidad’, es el lema de la Segunda Compañía, a la que pertenece Esteban Gascón Osorio, un Bombero dedicado al servicio activo, que incluso buena parte de su vida laboral estuvo dedicada a fortalecer el desarrollo de los Bomberos del país a través de la Academia Nacional, Oficial de mando que ha ocupado diversos cargos, participó en distintas comisiones, recibió múltiples premios, 8 veces el de asistencia, y ocupó el cargo de Capitán por siete períodos. Se desempeñó como Segundo Comandante y culminó ese andar ocupando el cargo de Comandante de la Institución. Hoy continúa aportando a través del cargo de Consejero Superior de Disciplina. A su Unidad pertenecían los 4 Mártires de nuestra Institución, a quienes hoy recuerdo con emoción por su sublime entrega”.

Señaló que “‘Servir’, es el lema de la Cuarta Compañía, de especialidad de agua y materiales peligrosos y refleja lo que ha sido la trayectoria de Oscar Quinteros Chacón, que ha servido con absoluta entrega, responsabilidad y compromiso en los distintos puestos con que ha sido honrado. Un Oficial de mando estricto, que desempeñó diversos cargos y comisiones, cuatro años Capitán, tres años Cuarto Comandante y dos años Tercer Comandante. En la actualidad desempeña el cargo de Consejero Superior de Disciplina”.

“‘Abnegación y Honor’, es el lema de la Séptima Compañía Bomba Macul, especialidad de agua y rescate, a la que pertenece Sebastián Olave Cortés,  quien también ha desempeñado diversos cargos y comisiones, siete años fue Capitán, Consejero de Disciplina por más de 15 años, ha aprobado más de 33 cursos y es Instructor de gran parte de ellos, siendo Instructor de muchas generaciones de Bomberos”.

Roberto Sepúlveda destacó que los tres premiados cuentan con “importantes carreras de mando, han sido instructores de Brigada Juvenil, han recibido Premios de Asistencia, participado en Competencias Bomberiles, se mantienen activos en la Institución, destacando que sus carreras bomberiles comenzaron hace más de 50 años”.

El Secretario General del CBÑ destacó que la vida “nos ha dado la oportunidad de honrar a quienes con este uniforme han entregado La Vida por la Humanidad, nos ha permitido Servir con Abnegación y Honor, un privilegio y una oportunidad”. Añadió que “Esteban, Oscar y Sebastián han entregado su vida al servicio y con ello han logrado trascender en su vida bomberil sin temor a la muerte. Son un ejemplo de entrega por los demás, que hoy es merecidamente reconocido”. 

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Recordatorio del Mártir Jorge Dzazópulos Elgueta

El domingo 8 de septiembre de este 2024, se efectuó el Acto Recordatorio del Mártir Jorge Dzazópulos Elgueta, en el 51 aniversario de su muerte en Acto del Servicio, en igual fecha del año 1973.

La Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa (CBÑ) formó en pleno en el acto de conmemoración del trágico fallecimiento de su Mártir, al mando del Capitán Raymi Ugas Ayala. La actividad se desarrolló en la Sala de Máquinas de la Compañía, que lleva el nombre de Jorge Dzazópulos Elgueta, ya que el Bombero sufrió en ese lugar un accidente que le costó la vida, cuando se dirigía el Carroportaescalas a una alarma.

En el Acto Recordatorio estuvieron presentes el Director Honorario del CBÑ, Milton Rozas Sarfaty, el Director de la Segunda Compañía, Cristóbal Morales Ravest, el Secretario General del CBÑ, Roberto Sepúlveda Toro, el 2ºComandante, Alex Müller Fischer, y el 4ºComandante, Oscar Vargas Höger.

Al iniciarse la actividad, con la Segunda Compañía formada, se colocó una ofrenda floral frente a la Piedra de los Mártires en la entrada del Cuartel y se hizo el tradicional pase de lista a quienes entregaron su vida al servicio bomberil y de la comunidad: Sylvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu, Luis Bernardin Orellana y Jorge Dzazópulos Elgueta.

Ya en la Sala de Máquinas Jorge Dzazópulos Elgueta, hicieron uso de la palabra el Director Honorio Milton Rozas y el Director de la Compañía, Cristóbal Morales, quienes resaltaron los atributos, compromiso y valentía del Mártir caído el 8 de septiembre de 1973, destacaron el sentido y valor de la actividad bomberil, y se refirieron a la situación del accidente que provocó la caída en Acto del Servicio de Dzazópulos Elgueta.

El día anterior a esta ceremonia, también en el sentido de rendir honor al Mártir Segundino y recordar su historia y compromiso, la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu” realizó una actividad de recuerdo de Jorge Dzazópulos Elgueta.

A continuación, las palabras del Director Honorario, Milton Rozas Sarfaty:

“Debemos remontarnos a 1973, un año complejo, donde se temió mucho por la independencia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa. Ese año, recién en el mes de julio, fui electo Vicesuperintendente, cuando un siete de septiembre se declara una alarma y en un minuto nos cambia la historia, nos vemos afectados ante una nueva pérdida.

Al salir de la Sala de Máquinas a Llamado en Macul con Los Plátanos, el Voluntario Jorge Dzazópulos Elgueta, con poco más de un año de antigüedad, sufre un accidente al salir el Carro y fallece, posteriormente, convirtiéndose en el Cuarto Mártir del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa y de la Segunda Compañía.

Han pasado 51 años desde entonces y henos aquí, frente a un cuadro de un hombre y un nombre, que ha desafiado su existencia, el transcurso del tiempo y el olvido.

Hoy estamos los Bomberos para rendir un homenaje a este joven Voluntario que desde hace 51 años es un ejemplo del bomberismo voluntario. El sacrificio de su vida ha abierto los grandes caminos de los principios y valores de los Bomberos que con su sacrificio nos ha iluminado. Estamos hablando del sacrificio de un joven Voluntario que partió en la Guardia Nocturna y terminó en la Sala de Máquinas, en la plenitud de su vida.

Trato de encontrar una explicación lógica y me encuentro en una situación inexplicable, pero hay una luz que representa la esperanza, la fe y el compromiso que la sangre de este joven Voluntario jamás será olvidada, y debería ser la guía permanente de los Voluntarios que componen nuestra Institución, mirando siempre la proyección hacia el futuro.

Las personas que amamos no mueren porque siguen viviendo en el recuerdo de su generación, pero hay quienes son inmortales, son los Mártires, pues ellos viven más allá de su generación, más allá de nuestra Institución.

Son pocos los Mártires del Cuerpo de Bomberos y estoy cierto, son hitos para Chile, que vivirán más allá de sus instituciones y más allá de nuestra época. Estos Mártires serán antorchas que mostrarán a las generaciones futuras que el ciudadano es capaz de ir al holocausto, por sus semejantes.

Los Bomberos lo forman personas y su historia hay que leerla a la luz de cada momento. Nuestros Mártires son sagrados, Jorge Dzazópulos es uno de ellos. A los Mártires y a Jorge en particular, no se les analiza, solo se les venera. El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa y su Segunda Compañía, hoy y siempre, lo vamos a venerar. Jorge Dzazópulos Elgueta, Mártir de nuestra Institución, te venero”.

Nota del Equipo Bomba2.cl

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Los 55 años de la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu

Fue un día emotivo, alegre, intenso. Para algunos, algo inimaginable. Para otros muchos, un sueño que podía cumplirse. La Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu” de la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuño arribó a sus 55 años de vida ininterrumpida. Fue fundada el 2 de agosto de 1969. Ya supera con creces el medio siglo de existencia.

La celebración se efectuó el sábado 3 de agosto en el Cuartel de la Segunda. Formó la Compañía y la Brigada, hubo una ofrenda floral colocada en la Piedra de los Mártires, se realizó el “Paso de Brigadier a Voluntario”, se realizó una Sesión Solemne y luego un coctel.

La ofrenda floral fue colocada por un exbrigadier y actual Voluntario Honorario (Hugo Guzmán), y un Brigadier (Vicente Sandoval). La Brigadier Matilda Gutiérrez hizo su paso simbólico a Voluntaria, subiendo por una figura de escalas Pirámide, después de entregar su uniforme de Brigada y recibiendo, de manos de su madre, el uniforme de la Compañía.

La ceremonia fue presidida por el Director de la Segunda, Cristóbal Morales y contó con la presencia del 2° Comandante, Alex Müller (A cargo del Departamento de Brigadas Juveniles del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa), del 4° Comandante, Oscar Vargas, del Inspector de Brigadas Juveniles, Sergio Yantén, Instructores Jefes y Capitanes de las Brigadas Juveniles del CBÑ y el Instructor Jefe y la Capitán de la Brigada Juvenil de la Décima Compañía, “Bomba España”, del Cuerpo de Bomberos de Santiago. Al mando de la Segunda Compañía estuvo el Capitán Raymi Ugaz y de la Brigada Juvenil, el Instructor Jefe, Israel Lara.

En la Sesión Solemne por los 55 años de “La Batiste”, se dio lectura al saludo del Superintendente, Gabriel Moya, se leyó el Acta de Fundación, la Memoria Anual y se hizo entrega de Premios y Reconocimientos.

El Premio al Mejor Brigadier, elegido entre sus pares, recayó en Diego Campos; Mejor Subidor, Trinidad Salfate; Mejor Asistencia, Trinidad Salfate; Segunda Mejor Asistencia, Diego Campos y Valentina Salfate; Excelencia Académica de Enseñanza Básica, Cristóbal Cifuentes y Excelencia Académica Enseñanza Media, Belén Alviña.

Se realizó, como en años pasados, un Concurso Literario por los 55 años de la Brigada, y resultó ganadora con su texto, Isidora Guerra. Hubo menciones honrosas para Vicente Sandoval y Lukas Silva.

Durante el coctel, donde compartieron Brigadieres, Voluntarios, familiares e invitados, se exhibió un video con testimonios de exbrigadieres, entrevistados por actuales Brigadieres, se cantó el cumpleaños feliz a “La Batiste” y se vivió un momento de fraternidad y recuerdos.

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90 años de la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana”

Nota del Equipo Bomba2.cl

El sábado 27 de julio se celebraron los 90 años de existencia de la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana” de la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa. De acuerdo a documentos históricos y oficiales, desde el año 1934 que funcionaba una Guardia Nocturna en las antiguas dependencias del Cuartel de calle Luis Beltrán 1919, que albergaba a la Primera y Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa.

La Segunda Compañía formó en la Sala de Máquinas “Jorge Dzazópulos Elgueta”, a la entrada de la Guardia, que lleva el nombre del Mártir Luis Bernardin Orellana quien, precisamente, fue guardián nocturno en un período de su vida bomberil.

La actividad fue encabezada por el Director de la Compañía, Cristóbal Morales Ravest, al mando del Capitán, Raymi Ugaz Ayala. Como el inicio de la Guardia estuvo ligado a la Primera Compañía, fueron invitados especialmente el Director de esa unidad bomberil, Diego Ruíz Muñoz, y el Capitán, Ignacio Cid Navarrete. Entre ambas Compañías hubo un intercambio de recuerdos por la fecha. Estuvo presente el 4º Comandante, Oscar Vargas Höger.

El Consejero de Disciplina y durante varios años guardián nocturno, Julio Morales Marengo, desarrolló un discurso contando parte de la historia de la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana” y alentando a su reforzamiento, y también dirigió unas palabras relevando su función, el actual Jefe de Guardia, Teniente 2º Ricardo González Alvear.

La actividad se produjo en un ambiente emotivo y constituyó otro espacio de rescate de la historia de la Segunda Compañía y, en particular, de recuerdo de tantos Bomberos Voluntarios que durante nueve décadas pasaron por la Guardia Nocturna “Luis Bernardin Orellana”.

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Dia del Bombero

Emotiva celebración del Día del Bombero

La familia segundina tuvo una significativa, emotiva y alegre celebración del Día del Bombero, este 30 de junio de 2024.

En ese marco, desde las 10:00 horas de ese día comenzaron a llegar al Cuartel de la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa niñas y niños junto a sus papás y mamás, jóvenes y vecinos, para visitar las dependencias bomberiles, conocer los Carros Portaescalas y Telescópica, admirar reliquias y patrimonio, conocer la solemne Sala de Sesiones y conocer algo de la historia y la misión de las y los segundinos de boca de Voluntarios y Voluntarias.

A las 12:30 horas se realizó una Sesión Extraordinaria de la Compañía en el marco del Día del Bombero donde, junto con pasar lista a los Mártires, se guardó un minuto de silencio en memoria del Voluntario de la Décima Compañía del CBÑ, Álvaro Améstica Suazo, recientemente fallecido. En la Sesión, presidida por el Director, Cristóbal Morales Ravest, participaron Oficiales, Voluntarios y Voluntarias y familiares invitados a esta jornada bomberil.

En la oportunidad el Voluntario Honorario, Alberto Sepúlveda Neira, efectuó una exposición sobre el origen y significado del Día del Bombero, leyendo un importante texto de Enrique Mac-Iver y el ser Bombero. Hubo un recuerdo de antiguos Bomberos segundinos y su influencia y aporte al crecimiento de la Segunda Compañía, sus tradiciones e historia.

En la oportunidad hubo reconocimientos, que incluyeron significativas y certeras palabras de la Pro-Secretaria Pamela Tapia Retamal, por Años de Servicio. Especial momento se vivió cuando se saludaron los 70 años de Bombero segundino de don Manuel Rodríguez Rodríguez, Primera Antigüedad de la Compañía. Fue significativo el reconocimiento por 60 años al Miembro Honorario de la Institución, Raúl Flores Fernández. Por 50 años hubo un reconocimiento al Miembro Honorario de la Institución, Julián Seyler Dorotea. Por 45 años de servicio recibió el saludo y reconocimiento el doctor Ricardo Lillo Gante. Por 30 años,  los Voluntarios Honorarios Henry Ortíz Grandón, Alberto Sepúlveda Neira, Cristian Reyes Peña y Raúl Pizarro Flores. Por 25 años, el Voluntario Honorario José Miguel Abudinel Butto. Por 20 años, el Voluntario Honorario Álvaro Monares Guajardo. El Voluntario Sebastián Mena Igor recibió su premio por 5 años de servicio. En tanto, el Voluntario Honorario, Sergio Escudero Castro, recibió el Premio de Asistencia de Honorarios.

Posteriormente, y para celebrar el Día del Bombero, se compartió un grato y delicioso almuerzo en el Cuartel, donde compartieron Bomberas y Bomberos junto a sus familiares.

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91 años del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa

El sábado 27 de mayo de 1933, día frío y lluvioso, con calles semioscuras y semidesiertas, un grupo de vecinos, con sus largos abrigos, sombreros y paraguas, llegó a las dependencias de la Asistencia Pública de Ñuñoa (Posta 4), y se dio por fundar el Cuerpo de Bomberos de la comuna.
Ese año el país venía saliendo de situaciones convulsas y ese día, por ejemplo, se creó la Asociación Santiago, primera institución profesional del fútbol chileno, originándose el primer Campeonato de Apertura Nacional, donde participaron siete clubes fundadores: Unión Española, Colo-Colo, Bádminton, Áudax Italiano, Green Cross, Morning Star, Magallanes y Santiago Nacional. Ese año hubo un terremoto en la zona norte del país, se fundó la Policía de Investigaciones, el Partido Socialista, Chile adhirió al “Tratado Antibélico de no Agresión y de Conciliación”, y la comuna de Ñuñoa se consolidaba como una de las zonas importantes de la capital chilena con la instalación de comercio, servicios públicos, entidades como el Hospital de Carabineros, escuelas y continuidad de actividades agrícolas.

En la década de los 30 del siglo pasado existían en el país 23 Cuerpos de Bomberos, en 1933 nacía el CBÑ y en 1936 el Cuerpo de Bomberos de Puente Alto. Se podría decir que la génesis de aquel encuentro del 27 de mayo de 1933 se dio el 24 de abril del mismo año, cuando estalló un incendio en calle San Gregorio, a pocos metros de la avenida José Domingo Cañas, siendo testigo del incidente el intelectual, diplomático, hombre público y Bombero (Quinta Compañía, “Bomba Arturo Prat”, del CBS), Alberto Ried Silva, quien impactado por el episodio, viendo la demora (por la distancia) de las Compañías del Cuerpo de Bomberos de Santiago, se decidió a fundar un Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa “que con el correr del tiempo, prestará incalculables servicios a la población”.

Como sea, el 27 de mayo se reunió el grupo de vecinos ñuñoinos, liderado por Ried Silva y acordaron fundar el CBÑ. Partía una historia que este 2024 cumple 91 años. Entre los fundadores estaban destacados ciudadanos como Joaquín Santa Cruz, Carlos Silva Vildósola, Alejandro González (quien facilitó las dependencias de la Asistencia Pública), Osvaldo Larraín Larrañaga, y muy pronto se sumarían Juan Moya Morales, Heberto Valencia, Fanor Velasco, Claudio Herrera, Horacio Echegoyen, Jorge Vélez y Mario González, entre otros. Santa Cruz fue el primer Superintendente y Ried el primer Comandante.

A diferencia del nacimiento de otras instituciones bomberiles, el CBÑ surgió como “Cuerpo-Compañía”, es decir, sin unidades específicas, hasta que en noviembre de 1933 se decidió crear dos Compañías, una de Agua y otra de Escalas: así, el 26 de ese mes nació la Primera Compañía y el 8 de diciembre de ese año, la Segunda Compañía. Se hicieron gestiones y se instaló el primer Cuartel en calle Luis Beltrán 1919, un inmueble arrendado. Los primeros Carros fueron el “Thyron Owen Magnetic” de agua, de
la Primera, y el vehículo “Minerva”, cuyos chasis se convirtió en portaescalas de la Segunda Compañía. Al año siguiente ya funcionaba una modesta Guardia Nocturna. A fines de 1933 de efectuó el primer Ejercicio del Cuerpo.

Entre octubre de 1943, hasta diciembre de 1974, se fundaron la Tercera, Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima y Octava Compañías. A mediados de los setenta se adoptó una decisión institucional y el Cuerpo de Bomberos de La Florida y sus tres Compañías pasaron a formar parte del CBÑ, convirtiéndose en la Novena, Décima y Undécima.
El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, como toda Institución bomberil, desde su nacimiento fue impactado y enmarcado en acontecimientos de la vida nacional, de todo tipo. Desde su surgimiento le tocó asumir emergencias ante desastres naturales como los terremotos de 1958, 1965, 1971, 1985, 1997, 2010, 2012, 2015 que afectaron a la Región Metropolitana y específicamente a las comunas que cubre el CBÑ; los aluviones de 1987, 1993, 2009, 2013; pandemias o situaciones sanitarias críticas (1933, influenza),
hantavirus (1990-2001), listeriosis (2008 a 2009) y Covid-19 (2020 a la fecha); grandes incendios de fábricas, bodegas, poblaciones, recintos militares, escuelas, casas, barracas, forestales. Episodios históricos en la vida social, política e institucional como la primera vez que las mujeres chilenas pudieron votar (1935), ruptura de relaciones con Alemania y Japón en medio de la Segunda Guerra Mundial (1945), golpe de Estado (1973), tensión y peligro de guerra con Argentina (1978), avance de la reforma penal procesal (2005), y estallido social (2019) que gravitaron en la actividad y funcionamiento de Bomberos.


Desde sus inicios el CBÑ marcó ciertas pautas técnicas y de desarrollo, como la creación de una Central de Alarmas y uso de equipos de comunicaciones en los Carros, la Caja de Socorro para atender Bomberos accidentados, creación de la Comisión de Estudios, la traída de escalas de aluminio, Carros con alta presión, desarrollo de cursos técnicos y Cursos de Aspirantes, y en décadas recientes, potenciamiento de Rescate Vehicular, Rescate Urbano, Rescate en Aguas Torrentosas, Incendios y Búsqueda y Rescate en Edificios de Altura, Salvamentos de complejidad con trabajo de cuerdas, Haz Mat o Materiales Peligrosos, instalación de Grupo USAR, y nuevos procedimientos en combates de incendios.


Es insoslayable en la historia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa la tragedia producida cuando Bomberos ñuñoinos fallecieron en Actos del Servicio, convirtiéndose en Mártires de la Institución. Es el caso de Silvio Guerrero Mutinelli, Jorge Batiste Aleu y Luis Bernardin Orellana, muertos a consecuencia de una explosión producida en una fábrica en calle Madreselvas, de la ahora Comuna de Macul, en el desarrollo de un siniestro de proporciones. El cuarto Mártir institucional es Jorge Dzazópulos Elgueta, fallecido por las graves lesiones sufridas en la Sala de Máquinas cuando el carro portaescalas salía hacia una alarma. Los cuatro eran Voluntarios de la Segunda Compañía.
A lo largo de estos 91 años hubo hitos en el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa como el surgimiento de las Brigadas Juveniles, la incorporación de mujeres a sus filas, el desarrollo de una poderosa Central de Telecomunicaciones y Alarmas, la creación de la Unidad Simbólica 1919 que luego pasó a denominarse “Director Honorario Heberto Valencia Guevara”.

Bomberos del CBÑ gravitaron en la fundación de la Junta Nacional de Bomberos, hoy Bomberos de Chile, y de la Academia Nacional de Bomberos, donde cumplió un rol determinante el Superintendente Octavio Hinzpeter, quien fuese electo como primer presidente de la Junta Coordinadora, y luego precursor de la creación y fundación de la Academia Nacional.

Es inmensa y robusta la lista de acontecimientos y datos relacionados con el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, que atiende en un área de alrededor de 180 kilómetros cuadrados, cubriendo una población de más de 1 millón de personas, con 11 Compañías preparadas para diversidad de emergencias.

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Una conversación con “Tito” Moncada

Fue una conversación amena y antesala de otra más larga. Llena de historias, si se considera que Héctor Moncada está por cumplir 70 años de Bombero. Precisamente este 16 de septiembre de 2021, se le entregará en una actividad virtual (siguen los efectos y cuidados de la pandemia del Covid-19), sus premios por 55 y 60 años de servicio. Para él, es “llegar a la cúspide de ser Bombero”.

Un tragahumo segundino que se incorporó a la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa el 16 de agosto de 1952. Conocido por sus pares como “Tito” Moncada, hoy es la tercera antigüedad y tiene encima muchos episodios vividos en casi siete décadas de Bombero. La conversación fue fluida, vía celular, él habitando en la comuna de El Quisco, aunque, como confiesa, siempre conectado con la Bomba.

Cuenta que vivía cerca de un Cuartel de Bomberos y ese fue su primer acercamiento y su primera motivación para convertirse en Voluntario. De pequeño y adolescente concurrió a observar el trabajo de Bomberos. Hasta que llegó al antiguo Cuartel de la Segunda, en calle Luis Beltrán, y comenzó su lazo con la Compañía. Más tarde, ya instalados los segundinos en la avenida Antonio Varas, y a instancias del entonces Voluntario Juan Borroye, Moncada ingresó a la Segunda.

“De la Compañía me atrajo su mística, el deseo de servir a los demás, el encontrar compañerismo y amistades, y ser Bombero fue un incentivo de mi vida. Recuerdo a muchos que estuvieron desde esos años, la mayoría ya partió y siempre está mi recuerdo hacia ellos”, indica.

Entre varios momentos, recuerda la entrevista que hace años le hicimos para el tradicional Boletín “Alerta” de la Segunda, y donde ya contaba muchas historias de la Compañía.

La intensa y alegre vida de Cuartel

Consultado sobre sus inicios y desarrollo en la Compañía, Héctor “Tito” Moncada narra: “Mi vida de Bombero en la Segunda fue mi vida. Matinée, vermouth y noche. Logré tener independencia económica y siempre en la mañana pasaba al Cuartel, al mediodía pasaba a almorzar, y cuando terminaba mis labores, en la tarde, me iba a la Bomba. Disfrutaba reunirme con mis compañeros de Bomba, compartir el almuerzo, tomar once, conversar. Y salía a los Llamados, a los Incendios. Pasaba mucho tiempo en el Cuartel y por eso me gané Premios de Asistencia, en 1953 y 1954”.

Cuenta que “la vida de Cuartel era intensa, entretenida. Recuerdo el año 52, a inicios de los cincuenta, que nos juntábamos los Voluntarios de la Primera y de la Segunda, porque estaban juntas las dos Compañías, y jugábamos cacho, dominó, se comía, se tomaban unos traguitos, se conversaba, lo pasábamos bien. Había una convivencia grande, mucha amistad. Bueno, la vida hizo que muchas cosas cambiaran, pero creo que esa experiencia de compartir en el Cuartel es algo que debe preservarse”.  

Años en que se produjeron los Incendios en barracas, casonas, inmuebles públicos, y en las primeras fábricas de Ñuñoa, que abarcaba más territorio que hoy.

En el relato surge un aspecto que se define a los Bomberos segundinos, sobre todo los antiguos, los de los inicios, en su entrega por el desarrollo de la Compañía. “Te voy a contar algo”, dice. “Nos reuníamos en la Bomba y hacíamos trabajos por el Cuartel, por la Compañía. Como fue construir el segundo piso, eso que se disfruta ahora. Eso era un entretecho, nada más, que se transformó en una cabaña, que la construimos nosotros. Y en esa cabaña -cuenta con nostalgia y orgullo- teníamos una salamandra, con carboncito, estaba el casino, pusimos mesas y sillas, y nos juntábamos todos los días a conversar, a jugar cacho, dominó, damas, a hacer competencias de ajedrez y ludo, esos juegos de salón de la época, y después vino el pool. Alrededor de todo eso estaba la buena comida, el buen trago, el buen pasar y el buen amigo. Siempre listos para salir a un Llamado. Para nosotros eso era lo más importante, estar dispuestos a ir a los Incendios, a servir a la comunidad, a cumplir con lo que nos habíamos comprometido”. 

Moncada habla de amistades construidas, inquebrantables, bomberiles. “Cuando había alguien que estaba enfermo o tenía algún problema, estábamos con ellos, apoyábamos, los visitábamos y dábamos el aliento necesario para seguir luchando en la vida”.

“Lo más triste y duro”

Consultado sobre el momento más triste, más amargo vivido en la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, no duda en afirmar: “Lo más triste y duro es el recuerdo del Incendio de calle Madreselvas, es el haber perdido a mi compañero de Bomba, de farras, de conversas, de tantos momentos compartidos, Silvio Guerrero Mutinelli, que murió en esa ocasión y que constituyó el momento más triste de mi historia en la Compañía”.

Todos quienes conocen de la vida de Cuartel y de amistades creadas en la Segunda, saben que Silvio Guerrero y Héctor Moncada eran grandes amigos. Compartían horas en la Guardia Nocturna, combates de Incendios, tertulias en el Cuartel y salidas a pasarlo bien en boliches de Ñuñoa y Santiago. Por cierto, junto a otros segundinos. 

Sobre el 14 de diciembre de 1962, fecha en que cayeron en cumplimiento del deber Silvio Guerrero Mutinelli y Jorge Batiste Aleu, “Tito” Moncada apunta: “Ese día estábamos en el Cuartel Silvio Guerrero, Raúl Guerrero y yo, estábamos programando un viaje a ver a unas niñas fuera de Santiago. En un momento nos retiramos Raúl y yo, nos fuimos caminando y pasamos por un restaurante en Irarrázaval, que se llamaba El Bohemio. Nos estábamos tomando unas cervezas, y pasa un Voluntario de la Primera, (Federico) Goldschmidt, y nos dice que hay Incendio. Tomamos mi auto y partimos al Incendio en calle Madreselvas. Yo en ese momento no era Voluntario porque había renunciado, pero estaba en contacto permanente con la Compañía y me veía con mis amigos y fui al Incendio. Llegamos y después de un rato se acercó Raúl, a quien se le llenaron las botas de solventes y de unos líquidos, agarré una manguera de una casa y le lavé los pies. Estábamos en eso cuando se produjo la tragedia. Me acerqué a la industria donde estaba el siniestro, y vi a Manuel Fuentes (quien fuera Capitán y Voluntario Honorario) que venía mal herido, lo tomé, lo metí dentro de mi auto, y lo llevé a la Posta Central, donde lo dejé. Volví al Incendio y me encontré con la tragedia y el dolor. Vi a Silvio que estaba tendido encima de una escala de techo, tapado con una lona de esas que usábamos para los Incendios. Todo fue terrible”.

Hay un recorte de un diario (encuadrado en una pared en el Cuartel) donde se ve a Héctor Moncada, su rostro lleno de tristeza, a un lado del féretro con los restos de Guerrero Mutinelli. Nunca olvidó a su amigo. La vida bomberil prosiguió. Moncada estuvo un tiempo en la Séptima Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, pero luego regresó. “Yo siempre tuve mi corazón en la Segunda, es mi casa donde nací como Bombero”.

Un tragahumo de siempre

Fue un tragahumo de muchos años, y no hace aspaviento de ello. Lo asume con humildad. “Tengo grabados muchos Incendios, rescates -dice-,pero a esta altura de la vida, y que sigo siendo Voluntario por el cordón umbilical con la Segunda que es Raúl Flores (Voluntario Honorario), que me ha llamado toda la vida, sigo pendiente de lo que hace la Segunda y cómo trabaja. Bueno, recuerdo muchos Incendios, y al final es lo que uno aprende de ser Bombero”. 

Hay actuales y ex segundinos que visitamos a Moncada en su hogar de El Quisco. Son momentos gratos, de esparcimiento, de recuerdos. Surge el cariño. Hace un par de semanas hubo un encuentro recreativo en la parcela de Vicente “Vicho” Appas, un ex Voluntario, donde fueron muchos que conocen hace años a “Tito” Moncada, y él concurrió, desde El Quisco. Sobre ese encuentro, el Voluntario Honorario indica: “Te voy a decir que cuando me reuní con ustedes hace poco, unos que siguen siendo Bomberos y otros que no, sentí una emoción enorme porque encontré gente que ya no son Voluntarios, pero ahí estaban, junto a nosotros que somos Voluntarios, y encontré que eso es una maravilla, porque el hombre que estuvo en la Bomba nunca dejará de ser Bombero, y ellos hicieron una entrega y esa entrega hay que reconocerla”. 

“La pelee” por la Brigada Juvenil

Muchos de los que llagamos de once o doce años de edad a la Segunda, buscando ingresar a la Brigada Juvenil “Jorge Batiste Aleu”, tenemos el recuerdo de Moncada sentado en el casino, en esa acogedora cabaña, llena de madera, tradición y armonía, donde se pasaron momentos alegres, memorables. Y su conversación, sus bromas, sus consejos y el apoyo a los Brigadieres estuvieron latentes. Él tiene sus recuerdos de la Brigada, como muchos antiguos segundinos.

“La Brigada Juvenil empezó a funcionar sin estar fundada legítimamente, funcionaba antes que se formalizara, porque iban los chiquillos al Cuartel, eran inquietos. Yo la recuerdo con cariño”, sostiene. 

En la conversación le llega un recuerdo específico. “Tú fuiste Instructor Jefe de la Brigada varias veces, cuando cabro fuiste Capitán de la Brigada, y recuerdo que en dos o tres oportunidades me llamaste y me dijiste, Tito, tengo problemas, se accidentó un Brigadier, porque hacían buenos ejercicios, y me acuerdo que desde el aeropuerto de Pudahuel partí a buscarlos para llevar al cabro a la Posta”.

Añade que “siempre estuve apoyando a la Brigada, en las sesiones, cuando todavía no se fundaba, siempre reclamé para que reconociéramos a la Brigada, decía que teníamos que darle un respaldo, no podíamos tenerla en el aire. Así que fui un hincha acérrimo de la Brigada, no siendo uno de los fundadores, pero la pelee por ellos, tal como lo hizo el Director Ricardo Seyler”. Sin duda un ejemplo para seguir bregando por la “Jorge Batiste Aleu”.

“Las nuevas generaciones han sabido cumplir”

Consultado sobre cómo mira hoy a la Segunda, va directo a lo que acontece y entrega su mirada de los nuevos tiempos. “Cuando supe que estaba listo el nuevo Carro (la nueva M-2), lo que dije fue ¡Grande Segunda!”.

Y continúa: “Las nuevas generaciones han sabido cumplir. Creo que con eso está todo dicho. Una alegría enorme. Saber que la Compañía sigue funcionado después de tantos años, mucho más de cualquier cosa que pudieron pensar o imaginar los Fundadores o aquellos que eran Voluntarios cuando ingresé en 1952, como Enrique Guerra o Jorge Vélez. Nunca soñaron lo que el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa iba a ser y mucho menos lo que la Segunda lograría ser. Claro, esos hombres construyeron y siguen construyendo. Ahora construyen las nuevas generaciones”.

Una conversación que, al final de cuentas, en efecto, une el hilo de generaciones en la Segunda Compañía de Bomberos de Ñuñoa, a través de este Bombero Insigne que en este mes de septiembre recibirá sus premios por 55 y 60 años de servicio.